• Investigará hasta en la Casa Blanca
• Y en la tarjeta madre del Pentágono
Encarnado en el Superagente 86, el primer policía de México, Manuel Mondragón y Kalb, ya está al mando de los superagentes que no sólo tratarán de descubrir que mexicanitos le dieron información a Obama de las actividades, y hasta de los pensamientos de Felipe Calderón y del presidente Peña Nieto, sino que irán más a fondo: a Washington, al mero centro de inteligencia de la Casa Blanca y al impenetrable búnker del Pentágono, para “deslindar responsabilidades…de funcionarios estadounidenses.”
¡Madre mía! Y seguramente que el doctor ya tendrá a sus orejas en la tarjeta madre de las compus de la Secretaría de la Defensa, Chuck Hagel, o entre los negritos vendedores de relojes chafas que pululan por las calles aledañas de la residencia del Obama, para que le soplen los nombres de quienes tejieron la red de comunicación para llegar al mero corazón de Los Pinos.
El mismo Mondragón y Kalb lo dio a conocer este jueves: No me lo crea. Pero el texto difundido por el jefe de la policía federal dice lo siguiente: “Por instrucciones del presidente Pena Nieto, la Segob inició una investigación para deslindar responsabilidades tanto de funcionarios mexicanos como estadunidenses, que hubieran participado intencionalmente, o por omisión o negligencia, en las escuchas e intervenciones a comunicaciones, que presuntamente realizó durante 2012 la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos.”
Y como el jefe policiaco es muy eficiente en sus tareas – ya lo demostró muchas veces con los maestritos guevoncitos de la Coordinador Nacional de Trabajadores de la Educación -, con toda seguridad pronto sabremos a través de los medios impresos y electrónicos quiénes son los autores de la espiadera, sobre todo los funcionarios del Pentágono, porque las orejas mexicanas son más listas.
Y no es broma, pero seguramente que encabezará la lista de desleales el señor Barack Obama, quien espía hasta a sus amigos más cercanos, como la primera ministra Ángela Merkel, a quien le tiene intervenido todo, hasta el móvil, como lo informó el periódico londinense The Guardian, en base a un documento filtrado por el deslealísimo ex agente Edward Snowden, refugiado en ahora en la Federación Rusa (¿para espiar al mismísimo Putin?): La Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA) espió las llamadas telefónicas de 35 líderes mundiales.
Pero el negrito de Washington ni se inmuta y sí se ha dado unas tremendas divertidas, desde que comenzó este affaire de la espiada generalizada a amigos y enemigos por aquello de que uno no sabe de dónde se puede obtener el dato duro, si del boletín de Conagua, o de los que manda la PGR.
Ustedes recordarán que hace como nueve meses; para ser preciso, el 15 de febrero, Obama difundió un tuit en su cuenta oficial, en el que aparecía junto a niños, a quienes observaba con una lupa. El texto que acompañaba a la imagen decía:
“Yo espío”. Claramente se trataba de un mensaje de broma, pero que con el paso del tiempo y el escándalo desatado por las revelaciones del espía defenestrado por desleal, se convirtió en una cruel verdad, que provocó crítica e incomodidad en América Latina y Europa.
El escándalo y repudio ha llegado a tal grado que los gobernantes europeos estaban reunidos este jueves en una cumbre en Bélgica para discutir entre otros temas el de las escuchas ordenadas por Obama.
El escándalo surgió tras las revelaciones del ex analista de la NSA, Snowden. Pero más recientemente se ha dado a conocer que los servicios de inteligencia de Estados Unidos monitorearon millones de llamadas telefónicas, hechas en territorio francés, pero también en muchos otros países. El miércoles, la canciller Merkel llamó a Obama para expresar preocupación de que sus comunicaciones por celular eran interceptadas. Pero el presidente Obama le dijo que no se preocupara que porque eso no sucedía. Bueno, y si sucedía pues todo quedaba en familia….
En junio pasado, Snowden encendió la chispa de la crisis que alcanzó niveles mundiales, luego de difundir que el gobierno de Barack Obama tenía una red de espionaje que investigaba a varios países del mundo, incluido México. Aquí es donde entra el Superagente de la PF. El comisionado nacional de Seguridad, como un buen sabueso de la inteligencia y contrainteligencia, dijo oficialmente que ya entregó al secretario Miguel Ángel Osorio Chong el protocolo de investigación del espionaje al ex presidente y al antecesor de éste. Y pronto habrá resultados…
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