• ¿Les damos educación, escuelas dignas, carrera, trabajo, vida digna?
• ¿O los mandamos a los “crematorios” ficticios del río de Cocula?
Ayer martes 9 de febrero leía yo sobre la pobreza, pero una pobreza lacerante. No la de los pobres comunes. La de esas legiones que le conviene a la clase política que existan y que sean más pobres porque son la fuente de votos para ganar el poder, conservarlo, enriquecerse ilícitamente del Erario y mandar a la chingada a los millones de pobres que votaron por ellos. No. No de esta pobreza.
Leía un reporte de la Unicef referido a la pobreza de los seres humanos que están naciendo y que se hacen pobres desde el vientre de su santa madre. Qué digo. Desde el semen paterno y el óvulo materno.
Y ya desde que son concebidos. Y más desde que ven la luz del día, ya son niños aún más pobres, pobres que andan por las calles pepenando objetos “de valor”, comida en los contenedores de basura, o “trabajando” de limpiadores de “parabrisas” a los que menos peor les va, o dormidos en las banquetas durmiendo “la mona” porque se drogaron con “cemento”, la sustancia más barata para entrar en ese inframundo de la intoxicación y de la fantasía dia-bólica o el delirium tremens.
Y qué hacen los gobiernos mexicanos para salvar a estos niños. Las Naciones Unidas para la Infancia calcula que en México hay 21 millones de niños en condiciones de pobreza y cinco millones en pobreza extrema, y a la clase gobernante, encabezada ahora por el señor Enrique Peña Nieto, le importa un bledo. Es más, los quiere pobres, que crezcan pobres, para que cuando lleguen a la edad adecuada voten por el PRI que es el que les va a prometer el paraíso mexicano. Ningún gobierno, menos éste, integrado por negociantes de todo, ignorantes de los principios de la Ciencia Económica, de la Política, de la Metodología Educativa, etc., que les tiene sin cuidado la obligación que tiene un gobierno de desarrollar mecanismos para mejorar la educación, protegerlos (a los niños), así como reducir la violencia y la discriminación. Esta no lo advierto yo. Lo advierte la Unicef.
Alison Sutton, representante adjunta de Unicef en México, indicó que en el país existen desafíos importantes en cuanto a la protección de los derechos de estas personas, especialmente en temas de acceso a la educación, salud y seguridad social. Bueno. Es lo que ve más importante la Unicef. Pero, cuánta carencia confrontan los niños y más en el terreno sicológico, en el de la manipulación, en el de la explotación de todo tipo y principalmente la sexual. Hay bandas criminales dedicadas exclusivamente a la trata de niños para toda actividad diabólica, como prostitución, limosnerismo, venta de droga al menudeo, etc.
La Unicef es ingenua. O mejor dicho, ingenua es Sutton y su equipo. Cree en el establecimiento del Sistema Integral de Protección y dice que es alentador para la situación del país porque cree que “sí se va a poder coordinar mecanismos para atacar estos problemas, lo que no se hacía antes”. Yo no lo creo, señora Alison. En este país, las autoridades son más fascinerosas que las de Bagdad, o las de Washington. Los integrantes de la clase política mexicana son maestros de la perversidad, de la corrupción, y los de la clase judicial son expertos en la impunidad que aplican a sus congéneres corruptos.
Agregó que se podrá fortalecer los mecanismos de protección con el establecimiento de la Procuraduría de protección a la infancia a nivel federal y estatal. Así que todo lo que diga la representante de la Unicef no pasa de ser buenos deseos, como los deseos que va a exteriorizar Francisco ahora que venga a México, respecto de la inseguridad, de la violencia, del narcotráfico, de la corrupción, de la desaparición forzada de personas. Todo lo que dirá el buen hombre vestido de alba sotana les entrará a los políticos mexicanos por el oído izquierdo e inmediatamente les saldrá por el derecho.
Toda esta reflexión ocasionada por el anuncio de que, ingenumente, o perversamente para gastarse el presupuesto, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia lanzó este martes la convocatoria para la tercera edición del concurso “Colorea tus Derechos”, dirigida a niños, niñas y adolescentes de seis a 18 años, con el propósito de captar la visión de la infancia y la adolescencia con respecto a la garantía de sus derechos y promover el conocimiento de la Ley General de los Derechos de niñas, niños y adolescentes y del Sistema Integral de Protección.
Si, Chucha. A los poderosos de México sólo les interesan los pobres en tiempos de elecciones. Les dan su torta, su refresco, su sopa Maruchan para que voten por el PRI o por el Verde.
Pero las preguntas que hago en los balazos de esta nota siguen siendo válidas:
¿Y qué hacemos con los niños pobres?
¿Les damos educación, escuelas dignas, carrera, trabajo, vida digna?
¿O los mandamos a los “crematorios” ficticios del río de Cocula?
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Peña no los quiere pobres, él ni imagina un mundo de esas proporciones, él está más allá del bien y el mal en el peor sentido de lo que eso significa, él está ajeno, su mundo es uno paralelo incapaz de entender. Pero finalmente, como ciudadanos, no somos víctimas sino cómplices.