• No hay nada concluido con la caída de El Chapo
• La peliculesca hazaña no significa misión cumplida
Muchos están seguros de que le brotará otra cabeza a la hidra y todo continuará como antes. El capturado sólo era una peón – poderosísimo, sí – del ajedrez del narco. Esa es la verdad. Muerto el rey, Viva el rey. Y el Cártel del Pacífico seguirá tan campante, o más activo, que hasta ahora, realizando los mismos o más pingües negocios en la oscuridad de los subterráneos de la narcoeconomía. Inclusive, El Chapo, si no vuelve a escaparse, vivirá como político caído en desgracia detrás de las rejas: en celda de oro, con las más lujuriosas comodidades que da el dinero y la corrupción del sistema carcelario mexicano.
Esa es la verdad. Es la neta.
El periódico The New York Times abordó el espinoso asunto en un editorial fechado 24 de febrero en su sitio web. El gobierno de Peña Nieto tuvo la suerte de coger casi en bandeja de plata, o mejor dicho de oro, al jefe del narco dicen que el más buscado del mundo, aunque a veces se antoja que los gobernantes panistas – Vicente Fox y Felipe Calderón – no querían buscarlo y menos encontrarlo, y menos aprehenderlo, y menos encarcelarlo, juzgarlo y condenarlo.
El gobierno del presidente Enrique Peña Nieto tiene un enorme triunfo que celebrar, al haber capturado al rey, al personaje de la revista Forbes, pero al mismo tiempo enfrenta el desafío que representa tener en custodia a alguien tan poderoso y peligroso, como lo advirtió el editorialista del diario neoyorquino.
Sin embargo, nadie tiene idea de qué nuevas formas de violencia pueden estallar luego de la decapitación de una red criminal multimillonaria, extendida desde las montañas de México hasta centros de operaciones en Chicago y otras ciudades de Estados Unidos y más allá. Allende el Suchiate y allende el mar.
Aunque Guzmán, recuerda el diario, ha aclarado estar distanciado del control de su vasta organización criminal, muchos están seguros de que a monstruo le brotará otra cabeza y continuar como antes. Hay bandas rivales, como los Zetas, conocidos por su violencia demencial y su incursión en el mercado perverso de la trata de personas y la extorsión, que seguramente tratarán de aprovechar la ventaja, dice el editorialista.
El New York Times advierte también que hay dudas de que el gobierno de México sea capaz de mantener al señor Guzmán encerrado. Ya se escapó de una prisión de máxima seguridad, y ha demostrado su capacidad para realizar sus negocios desde dentro de las prisiones. Ya hay presiones para extraditarlo a Estados Unidos, donde enfrenta varios cargos federales por comercio drogas.
El editorialista previene: No hay que olvidar las guerras territoriales que han dejado decenas de miles de personas muertas, convirtiendo Ciudad Juárez, justo al sur de El Paso, en una de las ciudades más peligrosas del mundo . La confianza de los mexicanos en el gobierno, y la confianza en su seguridad y el Estado de Derecho no se restaurarán de la noche a la mañana.
Algo importante que deben de tomar en cuenta los delirantes apoyadores gubernamentales. El New York Times advierte que, con la de El Chapo, sin embargo, no hay que hacerse ilusiones de que una detención significa misión cumplida.
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