• Aprobaron las leyes electorales
• Pero les recetaron un gol de campo
A los diputados los machucó este jueves un tren hecho la mocha, les cayó encima una tromba, los meció un terremoto desos que asustan a los capitalinos. Y ni cuenta se dieron.
Se plegaron, como sus colegas senadores, a la sacrosanta voluntad de los coordinadores parlamentarios de las tres principales fuerzas políticas en ambas cámaras, liderados por el mago de la negociación política, el diputado Manlio Fabio Beltrones, quien junta así otra factura más a la cuenta que tiene a su favor con el sistema.
De nuevo, el ganador fue el presidente más reformista de la historia, don Enrique Peña Nieto, quien se agrega una medalla más al pecho. Habrá un buen sistema de partidos para los barones de la partidocracia, y elecciones libres y democráticas al estilo mexicano.
Ayer jueves se hizo realidad lo prometido por el sonorense, líder de la mayoría en San Lázaro, de que la minuta de la reforma electoral sería aprobada en San Lázaro tal como la enviaron los senadores, inclusive con goles, con asuntos que no correspondían a su propia naturaleza, como una enmienda a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, que otorga una pensión vitalicia a los magistrados electorales, considerada inclusive por los colaboracionistas del PRD como un soborno anticipado rumbo a los comicios.
Pero el gol también fue obra de los coordinadores de la izquierda en ambas cámaras. Imposible que no hayan participado en lo que los radicales consideran una conjura, un pacto contra México. Silvano Aureoles Conejo, del PRD en la de diputados, y Miguel Barbosa, del PRD en el senado, indudablemente que estuvieron al tanto, y aprobaron la reforma de marras para congraciarse con los jueces que avalan los resultados de cualquier elección.
Los diputados aprobaron sin modificaciones la minuta enviada por el Senado a las cinco de la madrugada, que expide la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (Legipe), en sustitución del Cofipe. Y junto con la Legipe, aprobaron la Ley General del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral, la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación y la Ley Federal de Responsabilidades Administrativas de los Servidores Público. Aprobaron el paquete en lo general y en lo particular, pero dejaron reservadas, entre otras, la reforma de la pensión a los magistrados.
Beltrones les prometió que habría posteriormente una iniciativa para echar abajo la reforma que beneficia sin razón alguna a los magistrados y que no es materia electoral por lo que contraviene el espíritu de la ley en el sentido de que en el periodo extraordinario los legisladores sólo abordarían asuntos de la materia electoral.
Causó polémica el asunto. Hasta los perredistas se sintieron aludidos Y eso que no se diferencian de panistas ni de priístas. Alzaron la voz los partidos pequeños como el Movimiento Ciudadano y el Partido del Trabajo, y los perredistas – ¡los Chuchos! – tuvieron que recular. Casi al final de la sesión, Silvano Aureoles Conejo (PRD) y Luis Alberto Villarreal (PAN) tuvieron un conciliábulo con Beltrones, en el cual acordaron que las secundarias electorales se aprobaran en lo general y que se dejara pendiente la reforma a la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación.
Así, los mexicanos – a quienes no les importa mucho, la verdad sea dicha – disponen ya de una nueva legislación que normará la organización de las elecciones federales, estatales y municipales y que comenzará a operar con las de 2014.
Por la tarde del jueves, los diputados se dedicaron, más por formalidad, a desahogar todas las reservas que plantearon algunos partidos de la oposición a pequeños detalles de la legislación aprobada en lo general. No cambiaba nada la tal discusión. Se cumplió la promesa de Manlio: las secundarias fueron aprobadas tal como las envió el Senado, para bien de México, para mover a México.
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