• Con que poco nos conformamos
• Las reformas como las golondrinas…
Vaya pues con El Chapo. Un día tenían que aprehenderlo; él mismo estaba consciente; era su juego; andaba en el gran negocio de lo ilícito; estaba consciente de que podían matarlo, aprehenderlo, encarcelarlo, juzgarlo; inclusive entregárselo a los gringos. Quien a hierro mata a hierro muere decían los sacrosantos principios morales de los antiguos israelitas.
El Chapo, pues, ya está tras unas rejas que ciertamente no son de oro, por el momento. Pero júrelo que una vez juzgado, condenado, vivirá como jeque en cualquier prisión en donde vaya a ser recluido, ya sea aquí o en los Estados Unidos. Que le confiscarán la mayor parte de sus “propiedades” con eso de la ley de extinción de dominio. Y qué importa. El seguramente tiene asegurada una enorme cantidad de recursos financieros para vivir como rey el resto de su vida, sea en prisión o en libertad. Y júrelo. Intentará volver a escaparse.
Mientras tanto, la economía nacional va en los lomos del Rucio de Sancho Panza, que anduvo por las tierras del Soconusco, que el rey de entonces le entregó en encomienda al Caballero de la luenga Barba, don Miguel de Cervantes de Saavedra, quien por cierto nunca pisó aquellas tierras agrestes y tropicales tierras de su “propiedad”.
Y los miembros del club de los optimistas, los economistas de don Luis Videgaray, de don Ildefonso Guajardo y del bancomundialista Agustín Carstens, hacen cuentas alegres con pinchurrienta inversión extranjera, que presuntamente generará la estrategia económica, basada en las reformas estructurales en materia hacendaria, fiscal, bancaria, financiera y, sobre todo, en la apertura total del sector de la energía – Pemex y la CFE – a los grandes pulpos de las finanzas extranjeras.
Fíjese si no tengo razón. De acuerdo total con doña Rocío Ruiz Chávez, subsecretaria de Normatividad y Competitividad de la Secretaría de Economía: los sectores donde se observará mayor flujo de inversión será el energético, telecomunicaciones, competencia y el campo financiero.
Uy. Festina la señora Ruiz Chávez que 2015 y 2016 serán “los mejores años” para la Inversión Extranjera Directa (IED), pero señora, no será mayor que la que la economía mexicana captó en todo 2013 – 30 mil millones de dólares, o 38 mil millones (aún nadie se pone de acuerdo en la cifra), y eso porque los Díez vendieron Grupo Modelo en un titipuchal de euros convertidos a dólares.
Ahora, los actuales rectores de la economía le apuestan a las reformas estructurales, a muchas de las cuales aún les falta la letra chiquita de las leyes secundarias, que el Congreso no tiene ninguna prisa por discutir y aprobar. Pero digamos que son buenas, si les creemos a los voceros del oficialismo. Las Reformas avaladas atraerán capital de los inversionistas del exterior.
Pero cuanto es lo óptimo. De acuerdo con las estimaciones de la Secretaría de Economía, la Inversión Extranjera Directa (IED) para 2014 será “mayor” a 22 mil millones de dólares, que sería una cifra similar a lo que se recibió en 2013 si se le descuenta la adquisición que hizo la firma belga AbInveb de la empresa cervecera.
Los voceros gubernamentales están optimistas en que la Reforma Energética atraerá a empresas del sector servicios para Petróleos Mexicanos y ello se reflejará en 2014. Ildefonso Guajardo le apuesta también a la negociación de nuevos tratados comerciales con Panamá, con Turquía, con los brasileños, con la Unión Europea, y hasta con la maltrecha Cuba.
Pero las cifras son engañosas. El total de la inversión en 2013 queda en los 18 mil millones de dólares, si se le descuenta la operación de compra venta de Modelo, un negocio totalmente atípico. El catedrático de la Universidad Anáhuac, Arnulfo R. Gómez García, pone los puntos sobre las íes: “En términos generales la inversión es buena, pero en México es de mala calidad, sobre todo la que ha llegado últimamente, porque la mayor parte de la inversión que recibimos es compra de activos y la compra de activos desgraciadamente no crea nuevas plantas, no genera nuevos empleos y, en determinado momento, genera despidos por la reestructuración que se hace en esas empresas”.
La inversión extranjera directa que requiere la economía mexicana para salir de la crisis y crecer es ingente, descomunal. Primero para salir del hoyo. La economía tiene que superar el menos uno por ciento en que ha “crecido”. Lo ideal es que llegue a crecer 6 por ciento anual para que medio se parezca a una economía emergente, con generación de empleo justa o injustamente remunerado. Pero eso requiere de muchos miles millones de dólares. Dice Slim Helu que se hablaría de unos 350 mil millones cada año, y eso sólo para crecer un cinco por ciento.
Ah, qué políticos.
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