• Una reforma a la reforma fiscal
• Por lo menos, justicia distributiva
Un nutrido grupo de los meros dueños del país, encabezado por Gerardo Gutiérrez Candiani, vocero del sindicato de patrones, denominado Consejo Coordinador Empresarial, se pasó la mañana de este miércoles en la Cámara de Diputados, cabildeando contra de la iniciativa de Peña Nieto para cambiar las reglas del juego fiscal. Aprovecharon los magnates criollos unas audiencias públicas convocadas por la Comisión de Hacienda y Crédito Público del poder legislativo, precisamente para “conocer” la opinión de los “sectores” económicos sobre la pretendida subida de gravámenes que intenta el presidente que se le apruebe.
En el transcurso de la tarde, Gutiérrez Candiani y sus representados sostendrían un encuentro con el secretario Videgaray Caso y con todo el equipo de genios de Hacienda, para entrar en detalles y ver qué avances y cómo pueden, gobierno y empresarios, impulsar “lo que realmente necesita el país y los mexicanos”: o sea perfeccionar, desde el punto de vista de los dueños del dinero, muchos de los puntos de la iniciativa que ellos, los empresarios, creen que se pueden mejorar.
Gutiérrez Candiani se presenta como un habilidoso negociador y dice que el compromiso del sector es seguir contribuyendo con el país, seguir fortaleciendo las finanzas públicas y, “sobre todo, apoyar a los que menos tienen.”
La expresión clave de los empresarios es “redireccionar la propuesta de reforma”; lograr una reforma que ayude a generar los niveles de competitividad y productividad, que necesita México, porque en los términos en que fue iniciada por Los Pinos, con una alza de impuestos tan importante, “nos deja en total desequilibrio con las principales economías del mundo y, sobre todo, con nuestros principales socios comerciales”, Gutiérrez Candiani dixit a un grupo de reporteros de la fuente legislativa, momentos antes de iniciar la sesión de consultas en las comisiones ya mencionadas.
Contra lo que propone el presidente Peña Nieto, al decir de los empresarios del Consejo Coordinador, la reforma hacendaria (es más realista llamarla reforma fiscal) tiene que incentivar la inversión, el crecimiento de la economía, la creación de puestos de trabajo y no que inhiba el espíritu emprendedor de los agentes económicos.
Habrá de estar de acuerdo con los del Consejo Coordinador Empresarial en que, tal como fue presentada, la iniciativa de reforma fiscal, de ser aprobada tal cual por los muchachitos de Manlio Fabio Beltrones Rivera, sería brutalmente recaudatoria y regresiva porque si una reforma no promueve la competitividad, la productividad, el empleo, la inversión, el crecimiento económico, o los limita, por supuesto que tendría que ser regresiva.
La verdad, independientemente de lo que digan los amos de los grandes negocios, el modelo de país en el que estamos navegando trata de ser capitalista, aunque con algunos matices sociales heredados por la Revolución. Y en un modelo al estilo americano, los impuestos son el enemigo número uno de la acumulación de capital y del proceso para hacer una economía, la que sea, productiva y competitiva. El espíritu de la reforma fiscal propuesta se contradice con los objetivos planteados desde su inauguración por el mandatario en turno. Menos impuestos, más contribuyentes, mucho más de los que ahora cumplen con sus obligaciones fiscales, sí que aumentarían la recaudación fiscal y contribuirían al despegue de la economía. Pondrían las condiciones para llegar al empleo pleno.
En ello hay coincidencia con Gutiérrez Candiani, el sistema fiscal tiene que ser en beneficio del capital y del trabajo. Se complementan. Sin trabajadores no habría acumulación de riqueza en los detentadores de los grandes medios de producción. Hagámosnos a la idea. En ese modelo nos está tocando sobrevivir.
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