• Los 16 doctores de Guadalajara no son los únicos
• Abogados sin escrúpulos dedicados a la extorsión
El caso de los médicos, acusados en Guadalajara por presunta negligencia en la muerte de un joven, es sólo la punta de un gigantesco tempano de corrupción. Es una práctica muy frecuente de leguleyos sin escrúpulos.
Tan grave resulta esta situación que ya legisladores de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión buscan reunirse con José Meljen Moctezuma, comisionado nacional de arbitraje médico (Conamed).
No es, pues, una práctica exclusiva en Jalisco.
Pero primero los legisladores buscan que Meljen Moctezuma les informe y les explique, no sólo lo relacionado con los 16 médicos jaliscienses, contra quienes hay una orden de aprehensión, sino también el porqué de la indiferencia y tortuguismo de la Conamed para resolver otros casos similares en otros estados del país.
Los 16 médicos de Jalisco están en libertad gracias a que un juez les otorgó un amparo. Pero su juicio sigue. Y la Comisión de Arbitraje viene resultando un elefante blanco que no sirve para mucho.
Pregúntele a cualquier médico que se ha visto envuelto en problemas de barandilla policiaca en el ejercicio de su profesión.
La Conamed ha sido inoperante en casos de denuncias. La gran marcha de médicos hace ocho días, en 17 estados de la república, sólo es una muestra. Y fueron a las calles miles de doctores enojados, primero por el caso de los 16 pero también para denunciar las malas condiciones en que trabajan en las instituciones de salud, muchas de ellas desmanteladas de lo más indispensable, así como las condiciones laborales en las que desarrollan su profesión.
La acusación de homicidio culposo en contra de los 16, del hospital de Pediatría de Guadalajara, fue sólo una presión para que los parientes del muchacho difunto, Sergio Gallardo Ramos, exigieran una indemnización, no obstante de que el pacientito fue internado casi en artículo mortis.
Y la Conamed no intervino en el caso. O no hay información de que lo haya hecho.
Otro asunto de presunta extorsión se presenta, desde hace tres años, en la ciudad de Puebla por el deceso de Julio César Domínguez Toledo (40), quien fue internado casi moribundo en el hospital particular Vilaseca, en donde los médicos no lo operaron porque iba con una fuerte infección. Los familiares resolvieron trasladarlo a la Beneficencia Española de esa ciudad, donde fue intervenido porque los médicos concluyeron que era posible intervenirlo, pero falleció tiempo después ya fuera del hospital. Y no a causa de la operación.
Los familiares del muerto interpusieron una queja ante la Conamed, la cual no ha resuelto nada y sí permite que los quejosos exijan una “indemnización” por la muerte de su pariente.
Pero, queridos, están también los casos de las mujeres oaxaqueñas que han parido a la entrada de instalaciones médicas. Sin investigar, se responsabiliza a los médicos. Nadie habla de las carencias que hay en los hospitales, la escasez de medicamentos, y de camas, además del escaso personal e instrumental clínico.
Ya muchos miembros de la comunidad médica han alertado ante el creciente número de mujeres que dan a luz en baños o a las puertas de hospitales del sector salud. Resulta que embarazadas, con Seguro Popular en la mano, llegan ya en trabajo de parto y sin previo aviso a solicitar atención médica. Y en los hospitales no siempre hay lugar disponible para atenderlas, o simplemente no alcanzan a llegar al quirófano.
La indiferencia de autoridades médicas ante estos hechos ha provocado también la proliferación de despachos jurídicos, supuestamente especializados en defender casos de negligencia médica, en busca de entablar demandas millonarias contra los médicos.
Las autoridades de salud, pero principalmente la Conamed, tienen que cambiar de forma de actuar. No es posible que la profesión médica viva en la cuerda floja de la criminalización por la audacia de abogados y personas que sólo buscan medrar a costa de sus difuntos.
Debo decirle que no meto las manos al fuego por infinidad de médicos corruptos, que sólo medran con la ciencia médica. Personas que sólo buscan hacer dinero a costa de sus pacientes. Pero no hay que generalizar. La mayoría del personal médico está dedicada a hacer profesionalmente su trabajo de ayudar a los seres humanos en la prevención y cura de sus padecimientos.
Se impone una reforma profunda al sistema de salud en beneficio tanto la población como de los médicos y personal hospitalario. Y en ello tiene una parte fundamental la Comisión Nacional de Arbitraje México, que hoy por hoy muy pocos saben que existe.
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