• La estrategia está equivocada
• ¿Se apaga el fuego con fuego?
Lo que más quiere este escribidor es que el gobierno federal tenga un gran éxito para acabar con la violencia criminal y devolver la paz a los michoacanos. Muchos michoacanos, encabezados por sus policías comunitarias, denominadas Grupos de Autodefensa, han elegido el camino de las armas para domeñar a los sicarios de la banda criminal autodenominada Caballeros Templarios, que han sembrado de cadáveres esa tierra de Tata Vasco.
El fin de semana pasada fue en caos: La Tierra Caliente michoacana ardió. Los comunitarios manifestaron su total decisión de liquidar a los facinerosos de “La Tuta” y tomaron a sangre y fugo uno de sus principales bastiones: Nueva Italia y en toda la región se desataron actos de violencia, tanto que ello obligó a que el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, decidiera viajar a Morelia, capital de la entidad, para inspeccionar personalmente la situación y anunciar que el gobierno federal se haría cargo de la seguridad y protección de los habitantes en los municipios de la zona caliente de Tierra Caliente. “No habrá tolerancia ni complacencia para los delincuentes. Vamos a hacer nuestro trabajo de manera severa e inflexible; para la delincuencia, ninguna consideración”.
Se repitió Felipe Calderón cuando personalmente, a principios de su gobierno (2007) asaltó y tomó la plaza michoacana para acabar con la delincuencia organizada y el narcotráfico. Ahora, Osorio Chong firmó un llamado Acuerdo del Apoyo Federal para la Seguridad en Michoacán, y emplazó a los grupos de autodefensa a regresar a sus lugares de origen y reincorporarse a sus actividades cotidianas pues la seguridad de las comunidades estará a cargo de las instituciones, y los invitó a que coadyuven con las autoridades a proporcionar la información con que cuenten para detener a los delincuentes.
Las autoridades federales y las del Gobierno del estado, indicó, aplicarán la ley de manera rigurosa e indiscriminada, por lo que no habrá tolerancia alguna para cualquier persona que sea sorprendida en posesión de armas sin contar con la autorización que para tal efecto señalan las leyes.
A partir de este lunes, anunció Osorio Chong, se reforzará una estrategia amplia e integral en los municipios más afectados, para atender la seguridad de las personas, de sus bienes y también combatir las condiciones sociales que generan las conductas violentas. Esta medida, dijo, no interrumpe ni sustituye las actividades que actualmente ya realizan el Ejército, la Armada y la Policía Federal en la región ni en el resto del estado, ni tampoco supone reducir el número de efectivos que actualmente se encuentran en la entidad.
Dentro de la estrategia anunciada por el funcionario, se destaca la creación de una gran Unidad Antisecuestros, que será certificada, capacitada y equipada por el Gobierno de la República, así como el arranque del Instituto Estatal para la Formación de Policías e Investigadores y la instauración de la maestría para la formación de ministerios públicos.
El Gobierno de la República, además, destinará solo para la región de Tierra Caliente un presupuesto de 250 millones de pesos para reforzar el Programa de Prevención del Delito, porque, comentó, el trabajo de reconstrucción del tejido social constituye la mejor inversión que se puede hacer en materia de seguridad.
Seamos honestos. Ninguna estrategia contra la inseguridad y la violencia, no sólo en Michoacán, sino en todo el país tendrá buen éxito si sólo es enfocada desde la perspectiva de la inseguridad y la violencia. La violencia en Michoacán, en Guerrero, en Nuevo León, en Chihuahua tiene una causa que va más allá de la simple criminalidad. Sus raíces son el abandono, la irresponsabilidad, la desidia, de los gobernantes; la corrupción y la impunidad. Si el gobierno no emprende una campaña profunda de rehacer el tejido social de los michoacanos, en este caso, estará trabajando en el vacío e invirtiendo recursos en un barril sin fondo. Los malosos tienen el poder en Michoacán, dominan las estructuras económicas, las políticas, las clericales, las culturales. Y tienen los recursos más que suficientes para aguantar cualquier escalada gubernamental, como la que ha anunciado Osorio Chong. El gobierno no puede competir con los criminales.
Eso está probado. La guerra se prolonga ya más de siete años y los Caballeros están más fuertes que nunca. Un cambio de timón es urgente. Pasar de la lucha armada, de la imposición de la violencia institucional y legítima, a otras tácticas que ataquen de raíz el fenómeno. El acuerdo de colaboración, a través del cual el gobierno federal pretende encargarse de la seguridad en los municipios de Tierra Caliente y la protección de sus habitantes, será un rotundo fracaso porque es una respuesta igual de cotidiana e inercial a todas las que se han dado frente al fenómeno complejo de descomposición social en Michoacán, como lo asegura alguien que no tengo el placer de conocer; el diputado federal del PRD Miguel Alonso Raya.
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