• El Empleo es de muy mala calidad
• Banxico reconoce la desaceleración
Con más oscuros – negro profundo – que claros –gris intenso – se desenvuelve en la mediocridad supina el proceso productivo nacional, no obstante que los voceros del gobierno aseguren, como lo hizo la semana pasada el diputado de la familia Toluca, Alfredo Del Mazo Maza.
Un poco de crecimiento de los empleos, que no rebasa el 4 por ciento en promedio se levantaron los sectores de transporte, muebles, colchones y persianas, insumos textiles y acabados de textiles y equipo de computación, comunicación, medición y componentes y accesorios eléctricos.
Sin embargo, haga este ejercicio, querido lector: vaya y pregúntele a los trabajadores de las industrias mencionadas, que tienen empleo, cómo se sienten con su empleo y con su salario, sus prestaciones y su seguro social y le aseguro que empezarán a mentar madres. Muchos, por supuesto, viven conformes en la vil pobreza porque ya se acostumbraron a medio comer, medio vestirse, medio curarse, medio vivir.
Pero no acaba ahí la tragedia. Experimentaron descenso en el personal ocupado la industria de fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón con 5.2 por ciento; la industria química con 2.9 por ciento y el sector maderero con 1.9 por ciento. Y nadie se conmueve ante el desempleo y el hambre, sea de quien sea, sea inclusive de un familiar o un amigo: que se lo lleve el carajo, que se muera. Esa es la verdad de esta vida de sangre, dolor y lágrimas. No entiendo cómo no se han incrementado las cifras de suicidios en esta horrible época de vacas gordas para unos cuantos y de vacas muertas de hambre, huesudas y flacas, para millones de personas.
En tanto, las que registraron un descenso en el personal ocupado fueron la industria de fabricación de productos derivados del petróleo y del carbón con 5.2 por ciento; la industria química con 2.9 por ciento y el sector maderero con 1.9 por ciento.
Aunque el primo diga que todo va viento en popa, hasta el Banco de México (Banxico), hijo putativo del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, los siameses de Washington, decidió dejar el viernes en 3.75% la tasa de interés de referencia, ante la desaceleración de la actividad económica y del consumo privado, exportaciones manufactureras estancadas y una inflación que no se ha contaminado por la depreciación del tipo de cambio.
Es más, los pupilos de Agustín Carstens han descubierto algunos indicadores que sugieren que, a principios del presente año, el consumo privado podría bajar. El banco también ponderó en su decisión que la inversión fija bruta registró señales de un posible cambio desfavorable de tendencia.
La situación está jodida. No entiendo pues como Gustavo de Hoyos sugiere que el gobierno haga más recortes al presupuesto. Según el dirigente de la Coparmex – bueno, los de la Coparmex siempre han sido muy gobiernistas y se van con la finta – el gobierno tiene mucha tela de dónde cortar al gasto corriente, al registrarse pagos de actividades superfluas.
De lo que se trata es no prender los focos ámbar y rojo, además de evitar el endeudamiento tanto a nivel federal como estatal, porque en algunos casos hay entidades que tienen pasivos en niveles alarmantes, afirmó De Hoyos en entrevista con el periódico mexicano El Universal.
Hay entidades y municipios que llegaron a niveles de endeudamiento que los ponen en una situación de “rojo pleno, no en el ámbar”, y lo lamentable es que arrastran deudas con pequeñas, medianas y grandes empresas, recalcó. El riesgo para los micronegocios es que, al no obtener los pagos del gobierno, pueden verse obligados a dejar de operar.
“Lo más lamentable no es que [estados y municipios] se han endeudado, sino lo grave es que el endeudamiento no corresponde con inversiones productivas, como infraestructura para las ciudades”, señaló. “Así que cuesta trabajo dar solución, es un problema complejo”. Lo peor es que ahora se vaya a rescatar a los estados y municipios que incurrieron en “tropelías e irresponsabilidad financiera”, dijo.
De lo que se trata es de hacer que las autoridades locales y estatales busquen esquemas de financiamiento con la banca comercial y de desarrollo, así como fuentes de ingresos para hacer frente a sus créditos.
“No se vale que a quien se porte bien y cuide sus finanzas no se le den incentivos, pero tampoco cuando hay irresponsabilidad, que llegue una mano que les preste. Eso se convierte en un círculo vicioso. Pero hay que encontrar solución”, aseveró.
De otro lado, hay quién, como la gente del Inegi, dice que el año pasado (2015) el consumo del sector privado se constituyó como el principal motor del crecimiento económico – pinchurriento crecimiento económico -, por “la estabilidad del empleo (pinchurriento empleo), la baja inflación (mentirosa medición de la carestía), el incremento de las remesas (éstas dieron un respiro), así como a la recuperación del crédito bancario (escaso y carísimo)”.
Como estaría de mal la economía que el dinamismo de las compras de las familias y empresas alcanzó a compensar la contracción de la inversión pública y la desaceleración de las exportaciones al final de 2015, coincidieron especialistas.
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