· La pasión del mexicano, sin fin
· Vienen más lluvias torrenciales
Las expectativas no son alentadoras. El Servicio Meteorológico Nacional mantiene focos rojos: Las lluvias provocadas por la baja presión localizada frente a las costas de Guerrero, con probabilidad de desarrollo ciclónico, podrían alcanzar el nivel de torrenciales durante las próximas horas, especialmente en la costa de Colima, Jalisco, Michoacán, Oaxaca y Guerrero.
Persiste – dicen los meteorólogos de la Comisión Nacional del Agua – el potencial de lluvias intensas en Chiapas, Puebla, Veracruz y el estado de México, así como de precipitaciones muy fuertes en Aguascalientes, Zacatecas, Hidalgo, Guanajuato, Querétaro, Nayarit, Sinaloa, Tlaxcala, Morelos y el Distrito Federal.
En Quintana Roo, Tabasco, San Luis Potosí, Durango, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León, existe potencial de lluvias fuertes.
Por lo tanto, el exhorto a la población es continuar atenta a los llamados de Protección Civil y extremar precauciones en el mar y ríos cercanos al fenómeno, así como en zonas donde pudieran generarse deslaves. En áreas urbanas, especialmente en las zonas previamente afectadas por el ciclón Manuel, se pueden registrar inundaciones y encharcamientos, y posibles deslaves en áreas montañosas.
La situación, sobre todo en el estado de Guerrero, el más golpeado por las inundaciones ocasionadas por las torrenciales lluvias de Manuel, continúa siendo muy delicada. Sólo que ahora, las autoridades encargadas de la protección civil aprendieron. Y ya leen los reportes del meteorológico. De los terribles resultados de esta devastadora semana – hasta ayer ya se contabilizaban 145 muertos y 68 desaparecidos, la mayoría en Guerrero – tendrán que dar la cara los funcionarios encargados de proteger a la población, inclusive los gobernadores.
Hubo advertencias. Cualquier persona, y más los funcionarios gubernamentales encargados de la protección civil, pudieron . debieron – haberlas consultado en el sitio web del SMN. Pero como siempre, ni cuenta se dieron de que los expertos anunciaban lluvias torrenciales provocadas por los huracanes. No se tomaron las medidas de protección mínimas. Y después del niño ahogado, a tapar el pozo. Ahora, todo el mundo se rasga las vestiduras, cuando los daños podrían haber sido controlados.
El presidente Peña Nieto se asomó este jueves al enorme campamento instalado en la plancha de la Plaza de la Constitución, donde inmediatamente fueron levantadas inmensas carpas, unas del Gobierno Federal y otras del Gobierno del Distrito Federal, desde donde se acopian alimentos para los damnificados, particularmente los del estado de Guerrero. Toda la operación es encabezada por la Secretaría de la Defensa, que ya había enviado a su base de Pie de la Cuesta 562 toneladas de despensas para paliar por lo menos mínimamente la desgracia de muchos que perdieron todo lo poco con lo que sobrevivían antes de las inundaciones. Cierto, la acción de los huracanes le pegó más fuerte a los ya de por sí damnificados de la vida.
Se ve preocupadón el presidente. No halla cómo dar las gracias a los cientos de solidarios que han ido al Zócalo y a los 1,172 centros de acopio establecidos en todo el país para ayudar a los hijos del infortunio. No es para menos: Todo lo desgraciaron Ingrid y Manuel. Sobre todo Manuel en el Pacífico. Bueno, le desgraciaron la estrategia económica al gobierno de Peña Nieto. Si ya de por sí las cosas no andaban nada bien, tanto que las autoridades hacendarias pronosticaban un pinchurriento crecimiento del 1.8 por ciento para todo el año, ahora no se puede esperar más que recesión, una palabra que no tiene por qué asustar al señor Carstens o al señor Videgaray. Cuando una economía no crece, y no sólo no crece sino que cae hasta la línea del fondo de la gráfica de Gini, pues sencillamente está en recesión. El algo pueden ayudar las aguas. En reavivar las tierras de cultivo. Y las obras de reconstrucción, a paliar el desempleo
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