• Criminalizan la profesión
• Miles de médicos reaccionan
En Guadalajara 16 médicos del Seguro Social están sujetos a proceso penal acusados de negligencia por la muerte de un joven (15), que padecía diabetes juvenil, obesidad mórbida y asma. Y esto ocurre prácticamente en todo el país.
Por aquellos rumbos de Occidente, hay abogados que consideran una veta muy rica acusar a médicos por negligencia, Hay versiones de los propios médicos en el sentido de que el padre del joven fallecido es abogado.
Sobre los 16 médicos, del equipo del Centro Médico de Occidente, pende una orden de aprehensión girada por un juez del Segundo Tribunal Unitario del Tercer Circuito.
El paciente, Roberto Edivaldo Gallardo Rodríguez, de 15 años, ingresó al hospital el 15 de noviembre de 2009 por una crisis de asma, pero presentaba además problemas severos de obesidad mórbida, diabetes juvenil. Ah, y además ingresó con paro cardio respiratorio de larga evolución- Los médicos lograron salvarlo en terapia intensiva, pero por su gravedad, las posibilidades de recuperación eran muy pocas. La causa de muerte fue una falla orgánica y sepsis.
El padre del joven, Sergio Valente Gallardo, utilizó sus influencias en el gobierno estatal. Además, es amigo del patólogo forense- Y éste declaró en contra de los doctores.
El paciente murió el 9 de enero de 2010. La familia presentó la demanda AP 1944/2010 el 16 de marzo de ese mismo año. Le negaron el amparo, pero siguió el proceso hasta lograr, el año pasado, que consignaran de nuevo la averiguación previa, bajo el número 146/2013.
Los médicos acusados y con orden de aprehensión integraron el movimiento #YoSoy17 para protestar y mover la conciencia de los ciudadanos en favor de la profesión médica. Y este domingo, lograron una movilización de colegas en todo el país. Miles de médicos marcharon simultáneamente en 20 estados (al menos 50 ciudades) y el Distrito Federal.
Distrito Federal, las capitales de Morelos, Jalisco, Querétaro, Tabasco, Baja California y Quintana Roo, Tijuana, Ciudad Juárez, Ciudad Madero, Tampico, León, Celaya, Irapuato y Chilpancingo entre otras, fueron escenario de manifestaciones de hombres y mujeres vestidos de blanco.
Duras las proclamas de los manifestantes: “Soy médico, no criminal”, “Por la despenalización de la profesión médica”.
Y este domingo, en el zócalo de ciudad de México, cuatro oradores, médicos de diferentes instituciones públicas y privadas de salud, coincidieron en que el sistema nacional de salud se encuentra colapsado por el desabasto de insumos, falta de personal médico y de hospitales.
Ciertísimo. Sólo hay que asomarse a cualquier centro de salud, clínica familiar u hospital de zona. El sector salud está enfermo y rebasado. Inclusive no hay recursos, los más elementales, para que los médicos patólogos y forenses realicen su trabajo con cadáveres. Imagine usted, para quienes se dedican a salvar vidas. Tan grave es la situación, que pareciera que hay una orden desde arriba de no internar a pacientes terminales. Los mandan a morir a su casa.
¿El resurgimiento de la conciencia médica?
Desde 1964, cuando miles de médicos se manifestaron por las calles de la ciudad de México y en diversos estados, no se había dado otra toma de calles por los trabajadores de la salud.
Aquel movimiento comenzó en noviembre, cuando los residentes e internos del hospital 20 de noviembre del ISSSTE reclamaron el pago de aguinaldos atrasados y 206 de ellos fueron despedidos. En respuesta a los despidos se formó la Asociación Mexicana de Médicos Residentes e Internos (AMMRI), que comenzó a organizar paros. Para el día 26 de ese mes ya abarcaban a 40 hospitales del ISSSTE, Seguro Social y Ferrocarriles. El 10 de diciembre el presidente Gustavo Díaz Ordaz, recién entrado en funciones, prometió estudiar sus peticiones de aumento de sueldos y participación en la elaboración de planes de estudios, con lo que el 15 se levantó el paro.
El 20 de marzo la AMMAC llamó a separarse de los sindicatos controlados por la FSTSE y el 25 propuso la creación de un sindicato de trabajadores de la salud. El 19 de abril estalló otro paro que se mantuvo hasta el 3 de junio y se celebró otra reunión con Díaz Ordaz, que sólo resolvió un aumento mínimo de sueldos, pero ninguna otra demanda. Ante ello, los médicos realizaron una manifestación el 20 de abril que fue atacada por grupos de choque de la FSTSE. El 14 de agosto se inicia un paro de residentes y el 23 uno de médicos titulados.
El 26 de agosto hay otra gran manifestación, pero esa noche la policía tomó los hospitales 20 de Noviembre, Rubén Leñero y Colonia, sustituyendo a los paristas con médicos militares. Al día siguiente las enfermeras del 20 de Noviembre fueron secuestradas por los grupos de choque de la FSTSE. Cientos de médicos, los más activos en el movimiento, fueron despedidos y sus líderes encarcelados.
Yo espero que. en esta ocasión, cuando se inicia apenas un movimiento justo y digno, las autoridades del llamado poder judicial tomen el camino de la conciliación. Y sobre todo, los encargados de los servicios de salud, en vez de estar tramando su privatización, reviertan el colapso de los hospitales y clínicas, con la conciencia de que el gobierno es el obligado a velar por la salud de todos. Los privados (óiganlo bien) sólo son comerciantes.
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