· El atorón mañoso de las leyes secundarias
· La “culpa”, de los senadores y el Ejecutivo
Los asuntos de palacio caminan lento. Los del poder legislativo pareciera, pero no. Pareciera que caminan lento, como Mi Viejo, mi querido Viejo. En las sedes del poder legislativo también se cuecen habas. Los diputados y los senadores de las clases medias y las bajas tienen, a fuerzas, que esperar lo que decidan los de arriba, los coordinadores. Y los coordinadores de la oposición tienen que atenerse a lo que decida el jefe de la mayoría, que está en Los Pinos, y que instruye al jefe que le hace el trabajo de campo, o sea el líder de las bancada del gubernamental PRI.
Y esto está pasando con las leyes secundarias de las reformas constitucionales relativas a la energía, a las cuestiones políticas, de política política, y a las relacionadas con los intereses de los epulones, los Azcárraga Jean, los Salinas Pliego y los Slim Helu, la letra chiquita de la reforma en materia de telecomunicaciones.
En la cámara de diputados da la impresión de que toda esta semana los legisladores han estado matando el tiempo, materialmente, dedicados a la miscelánea legislativa, a cuestiones aparentemente de segunda importancia. Y nadie sabe, ni nadie supo, cuándo van a, digamos, discutir y digamos que aprobar las tales leyes secundarias.
De esta semana sólo les queda el jueves, porque el viernes se despegan de sus curules y de sus escaños para irse de vagancia a sus distritos y a sus casas de campo, no a rendir cuenta a sus dizque representados, sino a gozar de unas muy merecidas vacaciones (¿Será que merecidas?).
O sea que los diputados sólo dispondrán de 11 días naturales para el heroico y titánico trabajo de sacar las leyes y reglamentos. Y además, tienen que sacar la ley general electoral que regirá, en vez del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales, las elecciones federal y estatales de 2015, cuyo proceso debe de iniciarse en octubre venidero.
La de telecomunicaciones es un cuete porque los senadores no logran aún que los intereses de los pulpos copulen. Pero, como todo lo que ocurre en el Senado y en San Lázaro, tenga usted la seguridad de que saldrán y no para bien de los usuarios, sino para satisfacer las nunca satisfechas lujurias de los dueños de las telecomunicaciones.
Los coordinadores de las fracciones legislativas de San Lázaro, de Acción Nacional y del de la Revolución Democrática, Luis Alberto Villarreal y Silvano Aureoles Conejo aseguran que la culpa del atorón legislativo la tienen los senadores, porque no se apuran. Todo está atorado en el Senado. Y de las iniciativas sobre la reforma energética, ni siquiera las ha enviado el Ejecutivo al Senado, que es la cámara de origen.
Emilio Gamboa Patrón, coordinador de lo senadores priístas, informó que los coordinadores de los tres grupos mayoritarios apenas acaban de decidir la instalación de mesas con el Gobierno de la República, para ver todos los temas, no sólo telecomunicaciones. Temas que abarcan competencia económica, también.
En el tema de la energética, el gobierno les ha dicho a los senadores que es muy probable que no pueda mandársela al Senado o a la Cámara de Diputados, a donde sea, en el transcurso de esta semana, lo que sí obligaría a un periodo extraordinario en ambas cámaras.
Y aún nada se sabe qué suerte correrá la reforma política del Distrito Federal.
Pero bueno, todo es parte de los abusos y costumbres que se abusan y se acostumbran en el poder legislativo mexicano. Ya ni Maquiavelo, ni menos Montesquieu, entenderían a los miembros de la clase política mexicana. Estos los rebasaron.
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