Luis Farías Mackey
Está loco. Lo ha estado siempre. La pregunta es: ¿Por qué lo elegimos? ¿Cómo fue posible? ¿Por qué obviamos todas las alarmas y señales? ¿Por qué dejamos pasar todas sus desmesuras y delitos? ¡Zedillo y Peña, principalmente, nos deben muchas explicaciones!
¿Qué nos pasa aún hoy, entre la atonía y el espanto, en la indignación estéril, en una orfandad política que jamás quisimos enfrentar ni resolver, ratoncitos reaccionando a su cinismo, sus insultos, sus excesos, sus peligros, sus caprichos; sus muertos?
¿Quién está más loco?