La importancia de la competencia justa y la soberanía tecnológica en el marco de un Estado democrático de Derecho. Es fundamental, por consiguiente:
• La promoción de un ecosistema de competencia justa, la protección de la propiedad intelectual y la inversión en investigación y desarrollo, aspectos clave para garantizar la competitividad y la soberanía tecnológica de un país.
• En México, se necesita adoptar políticas que promuevan la innovación, la competencia justa y la protección de derechos humanos, mientras se asegura la inclusión de actores nacionales en cadenas de valor. La colaboración entre el gobierno, los industriales y la sociedad civil es esencial para lograr estos objetivos.
La era de la tecnocracia descrita en base a cómo los gigantes tecnológicos hoy en día tienen mucho más poder que la clase política e incluso que los medios tradicionales y cómo esto afecta tanto la gobernabilidad como incluso el flujo de noticias falsas, la libertad de expresión, etc., y cómo las opciones que tienen los gobiernos hoy en día frente a los tecnócratas son dos, básicamente, aliarse con ellos o declararles la guerra.
Cómo este poder inmenso está concentrado en las manos de muy pocas personas y que la única manera de conseguir soberanía tecnológica e ideológica al existir estas plataformas es que exista más competencia y que no se concentre en pocas manos lo que está fundamentado en el libre mercado y de la competencia justa.
En este sentido se debe considerar que el tema de la libre competencia es fundamental para procurar el estado democrático de Derecho.
Dentro de la doctrina se define que el régimen basado en el estado democrático de derecho se caracteriza por tener un sistema de leyes que se aplican a todos por igual y se hacen cumplir. Para que esto sea posible, se requiere que el Estado cumpla con ciertas condiciones principalmente, tener un sistema de justicia sólido, garantizar la libertad de competencia, respetar los derechos humanos e integrar a los sectores sociales y económicos en el sistema de justicia, protegiendo los derechos de los individuos y los intereses de la sociedad.
En este orden de ideas, se precisa que entre los principios del Estado de derecho se encuentra el imperio de la ley, la división de poderes, el respeto a los derechos y las libertades fundamentales y la legalidad de la administración.
Por otra parte, la preocupación en México por la gran influencia política e involucramiento en asuntos de gobierno de las grandes plataformas tecnológicas provoca que se considere que estás compañías conformen oligopolios desplazando a jugadores de diversos sectores productivos y de servicios tanto en telecomunicaciones, radio y televisión, desarrollo tecnológico y electrónica, logística.
Si bien el gobierno mexicano pugnará por mejores condiciones de mercado para la industria electrónica, tecnológica, de telecomunicaciones y de tecnologías de la información, en la renegociación del T-MEC, en temas de protección a la innovación y propiedad intelectual, desarrollo de capacidades tecnológicas, atracción de inversión, acceso al mercado y competitividad, el gobierno y los industriales mexicanos del sector enfrentan diversos retos para asegurar la competitividad, innovación y soberanía tecnológica, tutela de la competencia, los derechos humanos en el marco de un Estado de democrático de Derecho.
Para enfrentar los desafío que plantea la tecnocracia el gobierno y los sectores electrónico, tecnológico, de telecomunicaciones y tecnologías de la información para garantizar competitividad, innovación y soberanía tecnológica, se debe pugnar por la promoción de un ecosistema de competencia Justa, diseñar estrategias y aplicar regulaciones claras que limiten prácticas anticompetitivas, como la exclusión de competidores o el abuso de posición dominante, asimismo, reforzar y actualizar el marco normativo que obligue a las plataformas tecnológicas a compartir infraestructura esencial con competidores nacionales en términos justos y no discriminatorios, fomentar alianzas entre empresas nacionales para competir en igualdad de condiciones frente a las multinacionales, fortalecer a la Comisión Federal de Competencia Económica (COFECE) para monitorear el comportamiento de los grandes actores tecnológicos.
En lo que corresponde al fomento de la innovación y la protección de la propiedad Intelectual es indispensable promover un equilibrio entre la protección de los derechos de propiedad intelectual y el acceso a tecnologías esenciales para la industria nacional, así como incentivar a empresas nacionales a patentar innovaciones tecnológicas mediante apoyos fiscales y simplificación de trámites.
En lo que corresponde al desarrollo de capacidades tecnológicas y soberanía tecnológica debemos tener presente la dependencia de México de tecnología importada, por lo que se debe impulsar la creación de centros de investigación y desarrollo enfocados en tecnologías estratégicas (semiconductores, inteligencia artificial, ciberseguridad), establecer políticas de incentivos fiscales y financieros para empresas que inviertan en I+D en México, implementar programas educativos y de capacitación tecnológica alineados con las necesidades del sector industrial y es establecer acuerdos trilaterales para compartir conocimiento y desarrollar infraestructura tecnológica regional.
Por último, un tema clave es el que tiene que ver con la atracción de inversiones extranjeras, en ese sentido se deben tener claras estrategias como establecer criterios claros para la inversión extranjera directa priorizando sectores clave que fortalezcan la industria tecnológica mexicana.
Ahí los especialistas señalan la adopción de nuevas tecnologías en sectores como el financiero, retail y manufactura ha posicionado al país como un referente en la región, sin embargo, subrayan la necesidad de reforzar las políticas de incentivo para la industria local y abatir la brecha digital debida al bajísimo porcentaje de Pymes que emplea las tecnologías de la información (sólo 6%), fomentando la colaboración público-privada, otro punto importante es el diseño de políticas de nearshoring que posicionen a México como un destino clave para empresas que busquen relocalizar operaciones de Asia a América del Norte y promover la transferencia de tecnología como condición para recibir incentivos gubernamentales en proyectos de inversión extranjera.