Claudia Rodríguez
Justo unas horas después y al día siguiente de que José Antonio Meade fuera ungido como candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien no es militante, pero es más priista que muchos con registro; se tornó exagerada y desmedida la cobertura en medios de comunicación hacia el propio Meade como el elegido del presidente Enrique Peña Nieto –y de Luis Videgaray canciller y amigo, asesor y más, del mismo mandatario federal.
Esto lleva a recordar que la presenta Administración federal, como otras tantas de sus antecesores; han gastado desmedidamente en promoción o lo que se denomina publicidad oficial; destinando recursos alegremente a quienes aplauden el discurso y las medidas del poder, y apenas para parecer equitativos destinar unas migajas de publicidad a los medios críticos.
En el sexenio del presidente Peña Nieto, los gastos en publicidad han excedido lo aprobado por los legisladores, al grado de gastar cada hora en promedio, un millón de pesos en propaganda gubernamental.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) aprobó el proyecto que ordena al Congreso emitir una ley que regule la publicidad oficial antes del 30 de abril del próximo 2018, con base al proyecto del ministro Arturo Zaldivar Lelo de Larrea, en el que se manifiesta que a falta de una regulación amplia y suficiente en publicidad oficial, esta se utilizaba con efectos de manejo de los medios; y más puntual con el fin de silenciar a unos y hasta restringir o de moldear la expresión de otros.
El antecedente de esta ordenanza de la SCJN al Congreso de la Unión, deviene del amparo promovido por Artículo 19 en defensa de la libertad de expresión, el cual señala que en el artículo tercero transitorio de la Reforma Político Electoral aprobada en 2014, se ordena en específico, regular la contratación de publicidad oficial.
Hay quienes dicen que la promoción de este amparo por Artículo 19, tiene la perversión de perseguir la publicidad-dinero que no se le da a medios críticos por privilegiar a quienes todo aplauden; no obstante son quienes hablan de democracia, de igualdad, de desarrollo, pero no quieren entender que la prensa pagada –y no la publicidad contratada–, viola más que la libertad de expresión, el mismo fin de los medios que es informar.
No es extraño pues que la cobertura de la unción a Meade, haya sido y seguirá siendo excesiva.
Acta Divina… “La ausencia de regulación en publicidad oficial propicia un ejercicio arbitrario del presupuesto en comunicación social, con lo que se restringe indirectamente la libertad de expresión”: SCJN.
Para advertir… Contubernio que beneficia a unos cuantos.
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