Yo Campesino / ¿Presión?
• Aprieta EU al ganso con capturas y entrada de militares armados
*Miguel A. Rocha Valencia*
Quien piense que la captura de Néstor Isidro Pérez Salas, alias “El Nini” y la autorización para que ingresen instructores militares estadunidenses a México con armas de alto poder son concesiones gratas para el ganso, está muy equivocado.
Ambos hechos se enmarcan en la lucha contra el tráfico de fentanilo y otras drogas que, como dice el machuchón tabasqueño, no se producen en nuestro país, pero sí se exportan desde nuestro territorio hacia Estados Unidos en cantidades tan alarmantes que causan 100 mil muertes años y la adicción de decenas de miles de niños, adolescentes y jóvenes al otro lado de la frontera. Tan alarmante como los casi 172 mil 500 asesinatos que ya se contabilizan en México donde se involucra al crimen organizado pero que mucho tiene que ver con la pasividad del ganso para combatir frontalmente a los “señores” de la delincuencia.
En cuanto al nini que se afirma era el jefe de seguridad de los hermanos Guzmán con base en Sinaloa, para nadie es un secreto que se trató de una “entrega” negociada por el gobierno con los criminales para no agitar más el avispero y a cambio se consiguió de un juez federal la suspensión provisional al procedimiento de extradición hacia Estados Unidos, la cual podría quedar sin efecto una vez revisado el caso.
Empero el ganso aprovechó la decisión de la jueza para volverse a lanzar contra el poder Judicial al que acusó de proteger a delincuentes, cuando no se otorgó ningún amparo sino la suspensión provisional automática a toda solicitud en tanto se analiza y resuelve si hay elementos para la petición, en este caso, de extradición de alguien que para los estadunidenses vale tres millones de dólares.
Es decir aprovechó para insistir en su satanización del poder Judicial al que quiere obediente a sus mandatos como lo muestra el hecho de proponer en ternas para sustituir al impresentable Arturo Saldívar a puras incondicionales que así lo confiesan y él presume.
Las tres primeras ya fueron rechazadas, ahora vendrá la segunda que no obtendrá tampoco la mayoría calificada en el Senado y será el propio caudillo quien termine decidiendo cual de sus recomendadas será la ministra sustituta. Así no quedará duda de a quién va a servir la nueva togada, pero no será a la Constitución, sus leyes secundarias ni mucho menos a la justicia sino al santón de Palacio Nacional.
Por lo que toca a los militares se trata de instructores de las míticas Fuerzas Especiales del Comando de Operaciones Especiales Norte, quienes con todo su equipo y auxiliares se encargarán de educar a contingentes de soldados mexicanos seguramente en temas de inteligencia, seguimiento, ataque y contención de criminales. Tareas en las cuáles no estamos tan mal, pues cientos de oficiales aztecas ya se pasearon por Estados Unidos y recibieron instrucción similar.
Mucho se habla de las clases en Cuántico y otras bases navales y militares estadounidenses. Acá la instrucción será en Temamatla y San Miguel de los Jagüeyes. Sin mayor comentario, el tlatoani de Tepetitán hizo la solicitud de permiso al Senado con lo cual se tragó su balandronada de que nunca permitiría el ingreso de personal de seguridad estadounidense y menos armado, por lo cual, es obvio que al igual que en caso del Nini, lo presionaron.
Claro aunque sea de dientes para afuera, el caudillo acepta los pedimentos pero como “indio ladino”, aguanta todo en espera de la oportunidad de rebelarse, pues no dudemos que en el fondo, el mesías tropical hace coraje entripado en espera de consolidar su 4T donde Estados Unidos pese a todo lo que significa, no entra en el proyecto.
O sea que con la entrada de los militares-instructores gringos, el ganso calma las inquietudes estadunidenses y descalificaciones de personajes, pero de ahí a que se apliquen las enseñanzas estadunidenses hay una gran distancia. Porque si alguien conoce dónde están los criminales con nombre, apellido y apodos, son los militares mexicanos. Los tienen identificados y ubicados, saben sus movimientos y lo que hacen, pero por “alguna razón” no se actúa contra ellos. De eso no hay duda alguna.