En política se premia la acción, no la pasividad. Entre los comunicadores afines al oficialismo causó escozor el nombramiento presidencial de Carlos Iriarte Mercado como cónsul general en la ciudad de Boston, Massachusetts.
https://x.com/_vicenteserrano/status/1936129582345994535?s=48
No es la primera vez que la base morenista alza la voz, recordar al Senador Yunes Márques, por “premiar” a perfiles considerados representantes del ancién regime.
Hay una expresión mexicana para describir el horror que ciertas decisiones políticas causan a espíritus sensibles: no hay sorpresas, sólo sorprendidos.
Veamos, independientemente de la pertinencia e implementación de la reforma judicial, los resultados de la jornada electoral del 2 de junio están revelando las dinámicas políticas que se mueven tras bambalinas a espaldas de las redes sociales y militancias partidistas.
Iriarte fue secretario particular del ex gobernador Arturo Montiel Rojas (1999 -2005), de gabinete, director general de seguridad pública estatal, diputado local y federal, dirigente estatal del PRI y, más importante, presidente municipal de Huixquilucan en 2012.
En efecto, este municipio conurbado de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México se ha convertido en todo un hub de poder político. El municipio tiene uno de los presupuestos más grandes del Estado de México. Como semillero político vemos que de ahí provienen el propio Iriarte, el ex gobernador Alfredo del Mazo, el ex director del CISEN, exprocurador mexiquense y litigante de alto nivel Alberto Bazbaz, el ex presidente municipal David Korenfeld, entre otras figuras destacadas del Peñismo.
Si bien la demarcación es gobernada formalmente por el PAN, en la figura de Romina Contreras Carrasco, esposa del anterior edil y actual Senador Enrique Vargas del Villar, casualmente no hay un acoso político o presupuestal por parte del gobierno estatal, éste en manos de MORENA desde 2023.
El premio a Carlos Iriarte no deja duda de que fue a través del grupo Huixquilucan que Marisela Morales, ex Procuradora General de Felipe Calderón, pudo pasar los filtros de un Senado dominado por MORENA. Cosa de recordar que otro calderonista, Roberto Gil Zuarth, no tuvo la misma suerte.
Bazbaz fue colaborador cercano de Morales en la entonces PGR, así como del ex ministro de la SCJN, Eduardo Medina Mora, por lo que sabe del peso estratégico de tener una posición de ministro de la Corte.
La pichada política, de la que no hay pruebas, pero tampoco dudas, resulta clarísima: dejar pasar a Morales, postulada por el Poder Judicial, para tener una ministra pro-Sheinbaum (y pro-Huixquilucan). ¿Dudas?
Publicaciones recientes de la sólida analista Viri Ríos [1] [2] de hecho comprueba que en estados formalmente dominados por el PAN, como Aguascalientes y Chihuahua, fueron electos juzgadores (no necesariamente para la SCJN) afines al poder local. El Senador por Chihuahua, Javier Corral, se quejó de ello vía un tuit.
https://x.com/javier_corral/status/1932214737183367477?s=48
Si bien al final, los votos no le alcanzaron a Marisela Morales para ocupar un espacio en la nueva Suprema Corte, en parte por su renuencia a hacer campaña, la estructura que la apoyó mostró músculo con casi 850 mil votos. Cifra lejana a los 6’195,612 de votos de Hugo Aguilar Ortiz o los 5’802,019 de Lenia Batres. Sin embargo, no debe perderse de vista que fueron más de 800 mil votos a través de una estructura ajena al oficialismo, ya que no es de esperar que “morenistas de hueso colorado” sufragaran por una “calderonista”.
El hecho político descrito hasta aquí revela como están de revueltos los sótanos del poder. Nadie duda que el ex gobernador Alfredo del Mazo apoyó desde un inicio las aspiraciones presidenciales de la entonces jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Coordinación total, al grado de retrasar el Tren ligero de Toluca a CDMX con tal de que lo inaugurara el expresidente AMLO.
Esa fue la puerta por la que cruzaron estos grupos de poder afincados en el Estado de México que abandonaron al PRI y se han asentado en MORENA para horror y desconcierto de las bases del movimiento. El reclutamiento en 2024 de Alejandra del Moral, ex candidata del PRI a la gubernatura mexiquense en 2023, y ahora el nombramiento de Iriarte no dejan dudas.
La pregunta obligada es porque razón la presidenta Claudia Sheinbaum necesitaría de figuras y estructuras ajenas al oficialismo. La respuesta es obvia y delicada a la vez, son tantos los enemigos de la presidenta al interior de MORENA que ha tenido que buscar apoyo en otro lado.
Lo delicado de la situación es que lleva implícita la noción de “traición”. ¿Traidores en el movimiento? Más allá de delicadas sensibilidades, el ejercicio del poder implica un fluir dinámico entre alianzas y enemistades. Denis Jeambar y Yves Roucaute en su libro “Elogio de la traición” (Gedisa editorial, 2008) afirman:
Y los traidores, cada uno con su estilo, realizarán el mensaje de la ultramodernidad: la búsqueda indefinida de la autonomía es el sentido de la vida; la traición, el camino de la libertad” (p. 137)
Cierto es que nadie osaría traicionar al líder del movimiento. Pero es de esperar que entre sus seguidores se desate una lucha sin cuartel. Ocurrió durante la revolución francesa de 1789, al termino de la revolución mexicana de 1910 y durante el resto del siglo XX. Figuras como Miguel Henríquez Guzmán (1952), Mario Moya Palencia (1970), Cuauhtémoc Cárdenas Solorzano (1986), le ponen rostro a la dinámica política de la traición en México. ¿Traicionaron el “sistema” o fueron los “traicionados” por el sistema vigente en su época?
Independientemente de las fotos sonrientes y discursos dirigidos a “nuestra presidenta”, las acciones de los actores políticos están diseñadas para debilitar al contrincante y fortalecerse así mismo.
El contexto político es importante porque aporta claves sobre lo dinámica real de los grupos de poder.
1.- El fracaso electoral de MORENA en Durango y Veracruz, de la mano de “No me digan Andy” López Beltrán. Por más que se le vuelta al asunto, MORENA no avasalló a tan sólo un año de la elección presidencial. El movimiento carece de dinamismo, lo dicen las urnas.
2.- Los rumores de una alianza de facto entre Ricardo Anaya, Adán Augusto López Hernández y Dante Delgado. ¿Imposibilidad? De ninguna manera cuando los partidos políticos son simples vehículos para acceder al poder y ninguno realmente representa valores, principios o estrategias que no sea vencer en la siguiente elección y mantener el statu quo.
3.- El coqueteo de Monreal con el PVEM. Lo dicho, si aquí no me dejan ser, me voy a otro lado. Sería, en caso de realizarse, un acto de “migración política” que tampoco es ajena a la realidad mexicana. Mis hijos no lo saben, pero hubo un tiempo que la izquierda mexicana estaba fragmentada en diversos partidos, opuestos entre sí. El PRT, PMT y PCM no se daban ni el saludo en 1979. Ni que decir de los priístas que abandonaron la nave para integrarse al PAN, el PRD … o MORENA. Así que un “monrealismo verde” de ninguna manera sería una situación inverosímil.
4.- Un EUA mucho más dispuesto a intervenir directamente en materia de seguridad en México. La declaratoria de los cárteles de la droga como organizaciones terroristas, modifica de fondo el panorama de seguridad para el país. Un presidente Trump que busca con ansias la aceptación como “líder militar”, véase su reciente “desfile” en Washington DC, esta mirando hacia México para desfogar esa energía castrense. Los motines en Los Angeles, California, destaparon en redes sociales todo un público MAGA que exige con todas sus letras utilizar misiles “contra los cárteles”.
Tan sólo estos puntos sugieren a una posible reconfiguración anticipada del sistema de partidos para 2027. El 2030 ya no es lo que era hace un año.
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