De memoria
Carlos Ferreyra
¡Vaya país! Desbaratándose por falta de gobierno, por el saqueo cínico de las arcas públicas y de la nada brinca una señora que está en el cargo mejor pagado de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).
Extiende una recomendación a los diputados, adelantándose al propósito del cacique nacional para desaparecer tal organismo.
Poco inteligente como suele mostrar nuestra historia no oficial a los hijos de nuestros prohombres, así la hija de aquella legendaria buscadora de su hijo, involucrado en un secuestro frustrado y el asesinato de la presunta víctima.
La mujer con la desfachatez que sólo puede aguantar a un sujeto que sitúa la formación de nuestra república hace diez mil años, cuestiona al Instituto Nacional Electoral (INE), al que le cuelga errores y violaciones que se remontan, dice, a muchos años “si no es que siglos”.
Como supimos, a toro o buey pasado, el presidente hizo un viaje clandestino a Badiraguato. Ni idea del propósito aunque es evidente que por hoy sólo le preocupa la rebelión del Cártel de las Pulgas que aglutina a sus más estrechos croqueteros. O colaboradores.
La visita anterior fue durante el cumpleaños de Ovidio, al que saludó y lo mismo hizo con la abuela, mientras un camarógrafo captaba la escena cuando el minúsculo abogado de la familia Chapatín, toma al mandatario del brazo y lo lleva a hacer un apartito.
De la visita a Badiraguato pueden salir muchas cuestiones peligrosas. Una de ellas, si surge un acuerdo entre la delincuencia organizada de todo el país, para mediante las elecciones garantizar la paz y la tranquilidad para el comercio infame de drogas.
Intentarán amedrentando y apropiándose de urnas y votantes, decidir las elecciones. Pondrán previamente sus candidatos. Allí el meollo.
Digamos que necesitan continuidad en los abrazos no balazos, a la vez que el Ejército siga acumulando riquezas para los altos mandos, sin el riesgo de choques con gente armada.
Metidos en lo que ya hicimos costumbre, el Okupa palatino propone una Comisión Universal para la Paz del Mundo.
Se tira de nariz para comprometer al mero Don Cacahuate de la Organización de Naciones Unidas (ONU), al líder de la India y como numerito estelar, al argentino en su advocación de Sumo Pontífice católico.
Bien, quizá, pero sólo quizá, los dos primeros hasta se hayan molestado en leer la propuesta que les entregó el recadero del Palacio Virreinal, pero el residente en el Trono de Pedro, por lo menos no tiró el papel al caño.
No en presencia del mensajero pero evidente su antipatía hacia nosotros los Totonacus Vulgaris, recordemos su negativa a visitar México hasta que alguien le mencionó que tenemos un culto local que aporta mucho más que otros santuarios.
Y que el Cavernal Rivera se había apoderado de Guadalupe y sus aportaciones. Entonces vino, no permitió al mexicano acercársele y recomendó a sus paisanos gauchos que tuvieran cuidado ante el riesgo de “mexicanizarse”.
Entonces no habrá comisión, no habrá gloria para nuestro líder al que, en afán de compensarlo le planteamos otra comisión mientras desmadra al INE.
En las redes disputan los puros con los colonizados, si lo apropiado es celebrar el jalogüín o los ritos de muertos. Quizá una mezcla de ambos como está sucediendo con los odiosos alebrijes del agente 007.
Como apunte al paso, en años pasados los niños de los barrios marginales recorrían las casas pidiendo su jalogüín. A finales de octubre se armaban con un cráneo de cartón y pedían su calaverita.
Este año ya no los ví y supongo que la pandemia colaboró para su desaparición. Los extraño: ¿me da para mi calaverita?
Para integrar la Comisión cuyas conclusiones deberán insertarse en la Constitución capitalina, se sugiere a las probadas y probas damas de la gráfica.
La pregunta que los ciudadanos deben contestar, sin las nefandas influencias de Lorenzo Córdoba es:
¿NOCHE DE BRUJAS O DE OFRENDA A NUESTROS MUERTOS…?