Por: Ricardo Aguirre Cuellar
Estimado amigo; concluye el año y concluye como empezó. Con miles de muertos y desaparecidos y por si fuera poco con la misma frivolidad producto de las ocurrencias.
Hoy en día el futuro se ve con incertidumbre y riesgo.
Y más cuando seguimos por el camino de la descalificación y el encono. La razón y el entendimiento está fuera del lenguaje arrogante de los dueños del poder.
Por el contrario sus amenazas son constantes y sus balandronadas el sello de la casa.
Se asumen dueños del país. Como hacendados de horca y cuchillo.
No admiten crítica y por el contrario responden con virulencia tratando de someter a la crítica con el falso argumento de que no quieren perder sus privilegios.
Han destazado la Constitución con justificaciones absurdas y con ello ha… mal han eliminado la división de poderes.
En su desmesura y grotesca arrogancia desestiman los negros nubarrones que se ciernen en nuestra tierra y se envuelven en el patrioterismo malsano que confunde el valor y el respeto.
Por eso alegan. Que en caso de una invasión. Tenemos al Himno Nacional. Para defender la patria mancillada por la bota enemiga.
Cuál se viviera una épica histórica pasada y no una tragedia producto del crimen y el narcotráfico que tanto daño ha ocasionado.
La retórica patriotera, se ofrece como excusa inmejorable para esconder la incapacidad por someter a las bandas criminales y por el contrario, con tal recurso se azuza el fervor patrio, para en caso de una invasión, sean todos los mexicanos de bien los que defiendan el suelo patrio, ultrajado por los criminales y asesinos que ahora se deben proteger del brazo ejecutor trumpeano. Como si fueran víctimas y no victimarios de todo tipo de atrocidades dentro de nuestro territorio, como allende nuestras fronteras.
Pero eso si, sin aceptar nunca el fracaso que es evidente.
Como lo demuestra la caótica realidad de Sinaloa y otras bastas regiones de nuestra nación.
Donde los mexicanos están sometidos por los señores del fentanilo, la cocaina, la extorsión, el tráfico de personas y muerte.
Pero ahí está el Himno Nacional.
Como el arma secreta.
Para defender asesinos.
Entre paréntesis; que no nos sorprenda si el día de mañana, los amos del poder, deciden acabar con la No Reelección y modifican lo poco bueno que queda en nuestra Constitución, que de suyo han hecho trizas.
Y retorna el que nunca se ha ido.
Tal supuesto no es descabellado.
Y más cuando vemos el grado de altivez y soberbia arrogante, con la que asumen su corrupta mayoría legislativa.
De manera que todo puede suceder.
Hasta coronarlo como emperador.
Pues los lacayos y eunucos legisladores de morena y rémoras de todo son capaces.
No lo crees así estimado amigo.
PD. Y mientras tanto el sector salud en ruinas. Y la faraónicas obras. En el despilfarro total. Hasta siempre Camilo. Hasta siempre. Jamás te olvidáremos.
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político