Redacción MX Político.- Armenios y azeríes siguen matándose y lo seguirán haciendo hasta que uno de los dos países –al margen de la disputa territorial por el enclave de Nagorno-Karabaj que los enfrenta y que no tiene solución a menos que uno renuncie a reivindicar lo que considera justo–, consiga una ventaja significativa respecto a la línea de delimitación entre ambos, impuesta por los mediadores internacionales para establecer un alto el fuego en 1994, treinta mil muertos después.
En esto coinciden quienes han seguido de cerca la controversia que enfrenta a Armenia y Azerbaiyán, que también señalan que pese a los numerosos tiroteos, escaramuzas y choques ocasionales que ha habido desde entonces –algunos de gran escala como los ocurridos en 2016– nunca antes había estallado un conflicto armado como el actual en el Cáucaso del sur.
Rusia –en calidad de copresidente del Grupo de Minsk que creó la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa para mediar entre armenios y azeríes en 1991– exhortó este lunes una vez más a ambas partes a decretar un alto el fuego, como primer paso para sentarse a negociar sus diferencias.
El portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, comentó que Rusia –por medio de su canciller, Serguei Lavrov, en constante contacto con sus colegas armenio y azerí– trata de convencer a Armenia y Azerbaiyán de la necesidad de mostrar las máxima moderación y de renunciar al uso de la fuerza, así como de emprender pasos que puedan agravar la situación, que ya de por sí tiene a estos países al borde de la guerra.
fjb