José Cruz Delgado/ Corresponsal en Michoacán
MORELIA, MICHOACÁN, 29 de agosto (Almomento MX).- Un sobrino de Juan Gabriel, aseguró que tu tío le expresó en vida que cuando muriera quería que lo sepultaran junto a su madre, Victoria Valadez, lo cual también lo afirmó el alcalde de Parácuaro, Noé Zamora Zamora.
“Su mayor anhelo era que –me lo dijo personalmente-, era que cuando él muriera lo trajeran a Parácuaro…, quiso mucho Parácuaro y dijo que quería servirle mucho al municipio“, dijo el sobrino de Alberto Aguilera Valadez.
Por su parte, el edil de aquel municipio, detalló que el Divo de Juárez en repetidas ocasiones expresó sus ganas de que cuando falleciera fuera sepultado en el panteón del municipio, sin embargo, añadió, serán respetuosos de la voluntad de sus hijos.
“Creo que es cuestión que tenemos que respetar las decisiones de sus hijos, que creo que se lo quieren llevar a Miami y nosotros tenemos que respetar las decisiones, pero también tenemos que hacerles una invitación a que respeten la voluntad que en vida dijo el señor Alberto“, comentó el edil durante el homenaje que se realiza desde la tarde-noche del pasado domingo afuera de la vivienda del divo de Juárez en el municipio.
Afuera de esa vivienda de pintura blanca hecha con cal, fue colocada una improvisada lápida con la leyenda: “Con amor eterno… Siempre en mi mente… Alberto Aguilera Valadez, Juan Gabriel, 1950-2016, Parácuaro, Michoacán, Gracias por todo”.
Ahí, se reunieron cientos de personas entre familiares, conocidos y pobladores en general, quienes depositaron veladoras y arreglos florales, al tiempo que recordaban y entonaban las melodías de Juan Gabriel.
Sin duda alguna, Alberto Aguilera Valadez, conocido internacionalmente como Juan Gabriel, tenía muchas debilidades, entre ellas el amor por sus raíces, su tierra, México y su música, amor tan grande como el que le tenía al chocolate, el “manjar de los dioses”.
Tal como lo expresó en vida, en algunas entrevistas, “era adicto al chocolate”, a causa de que su abuelo paterno, quien le brindó la primer taza de chocolate con pan caliente, que en ese entonces un joven de aproximadamente 14 años probara en su vida, tras salir del internado, al cual ingresó desde los tres años de edad.
El chocolate, una de sus mayores pasiones, lo hizo acudir de manera continua a la tierra que lo vio nacer, Michoacán, en donde visitaba el municipio de Pátzcuaro, especialmente acudía a un establecimiento familiar “Chocolate Supremo”, dirigido por Doña Joaquinita, de ahí el nombre del local, en donde de manera artesanal producen el “manjar de los dioses”. Se ubica en la calle Enseñanza, frente al ex colegio Jesuita.
El pequeño local, que también alberga la casa de la familia, dio la bienvenida de manera muy especial a uno de sus grandes consumidores, “El Divo de Juárez”, quien de acuerdo con anécdotas de Doña Joaquinita, le encantaba degustar del chocolate amargo sentado en una de sus mecedoras.
AM.MX/fm
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