La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
En MORENA la discrepancia es a tres caídas sin límite de tiempo
La consulta interna, que el pasado sábado realizaron los militantes de MORENA, es una oda al más puro estado de naturaleza que hay en la política mexicana, la consigna no era ganar, sino, aniquilar al adversario.
El asunto no es anecdótico, sobre todo, porque se trata del ¿partido? en el poder y, si los pronósticos no fallan, estarán otros seis años, al menos, a cargo de la Presidencia.
Es de llamar la atención que, en las escenas que se multiplicaron en las redes sociales, los protagonistas son el encono personal, el despecho político y el rencor social. Observar cómo zarandean a la diputada local de Veracruz, Jessica Ramírez, nos habla del tamaño del embromo, la investidura se fue al diablo.
El desprecio por las reglas democráticas campeó y, aunque no son prácticas nuevas en este país, consterna suponer que no se pueden superar, que están tatuadas en el quehacer electoral que, si no es con policía al lado, somos incapaces de cumplir una norma.
Por lo que toca a Mario Delgado, se confirma que sólo tiene un liderazgo formal, que los gobernadores guindas actuaron de motu proprio, el sectarismo preponderó. Es difícil imaginar, lo que pasará con el movimiento el día que AMLO, por la causa que sea, se retire, todo esta cohesionado en torno de la figura del tabasqueño.
Desde luego, que además del poco grado de institucionalización de los integrantes de la 4T, otro de los fenómenos que prohijó el pandemónium, es la ambición de poder. Como en los buenos tiempos del ex partidazo, saben que obtener una candidatura es casi asegurar el cargo de elección popular. Parafraseando al poeta: se parten la nación a dentelladas.
Qué pena, que el presidente nada más recurra a la Biblia cuando le conviene, porque si acatara siempre sus enseñanzas, aplicaría la sabia parábola que dice: nunca pongas vino nuevo en odres viejos.