No promuevo el abstencionismo que quede claro, sin embargo; comparto con ustedes hoy, amables lectores, él por qué en esta ocasión no ejerceré mi derecho ciudadano en las urnas el próximo domingo 7 de junio.
He leído, escuchado y hasta analizado sobre el ejercicio de votar anulando el sufragio o tachando la casilla de los menos corruptos, o de los que no son comparsas; pero me muevo más hacia el abstencionismo y eso, no me restará mi calidad de ciudadana.
Votar haciendo contrapesos en las Cámaras legislativas no sirve de gran cosa. Los verdes son lo mismo que los rojos y cuántas veces no hemos visto que los amarillos o azules se vuelvan rojos.
La abstención no será porque no me haya convencido ningún candidato –de hecho ni siquiera traté de buscarle el lado bueno a alguno de ellos.
Me abstendré de acudir a las urnas el próximo 7 de junio porque ya no avalo más el sistema de partidos alrededor del que gira la agenda política nacional y la de cada uno de nosotros.
Me queda claro que no saldré a convalidar un ejercicio de poder que beneficia a sólo unos cuántos y se olvida de la justicia de todo tipo para la gran mayoría.
Es más que obvio que los ejes de la política mexicana los mueve un solo grupo, mismo que se auto identifica como Atlacomulco. Pocos son los que se han logrado filtrar a este mismo desde otros puntos de la geografía nacional pero no para hacer equipo, sino para subordinarse a los atlacomulcas.
Es casi surreal que los políticos en sus declaraciones fiscales se adviertan como desposeídos de toda riqueza pero les endosen a sus cónyuges –mismas que no laboran–, un caudal de bienes millonarios.
Es igual de incomprensible que pese a que el Partido Revolucionario Institucional (PRI), no haya logrado revertir las anomalías nacionales, sino ahondarlas; en las encuestas de intención del voto, este partido político vaya a la cabeza.
Es patético y doloroso que se avale la violencia como un hecho cotidiano, en donde los derechos humanos son letra muerta y en donde el sistema judicial aduce poca responsabilidad por excesiva carga de trabajo.
Yo no anulo mi voto. Yo desconozco al sistema político que nos rige, porque al final este mismo, se ha olvidado de la gran mayoría de todos nosotros.
Desde Fresnillo, Zac. de la autoría Alfredo Álvarez Barrón, el Poeta del Nopal: No nos vamos a callar/ Quiero asentar en el acta/ esquiva de la justicia/ una sensible noticia/ a todo aquel que redacta/ la nota puntual, exacta,/ ejemplo de transparencia,/ y con puntual elocuencia/ reitera su vocación/ al defender la razón/ en medio de la estridencia.
actapublica@gmail.com
–semos 2. solo q yo lo decidi desde el 2012 no volver a ir a perder mi tiempo. ni voto sirve para ,,,,