La Espinita
Andy S. K. Brown
- ¡Aten al precandidato de MC!
- Los López, ¿son Goodfellas?
- García Ramírez: Juicio Final
En Movimiento Ciudadano están rezando rosarios, encendiendo velas a los santos y hasta organizando peregrinaciones tumultuarias a Catemaco rogando que su precandidato a la presidencia de la República no vaya a irse a Morena antes de las elecciones del 2 de junio.
Tienen temor porque Jorge Álvarez Máynez es un auténtico chapulín que ha brincado de un partido a otro en tan solo unos cuantos años.
Ya lleva coleccionadas militancias en cuatro diferentes partidos.
Sólo le faltan el Verde y el de López Obrador.
Mire usted:
Hace 20 años ingresó al PRD.
Cinco años después solicitó credencial del desaparecidito Nueva Alianza.
Pero se arrepintió rápidamente y a los pocos meses se mudó al PRI con todo y chivas, donde picó piedra durante tres años.
Y finalmente vio la luz e ingresó a la franquicia que administra Dante Delgado con muy buenos resultados económicos, aunque sólo sean para él.
Hacen changuitos, cruzan los dedos los emecistas.
Para que Álvarez Máynez no cambie de partido antes del mes de junio.
No vaya a ser que por ahí le ofrezcan algo mejor que el triste y repulsivo papel de esquirol.
* * *
¿Se acuerda usted de aquella película de Martin Scorsese llamada “Buenos Muchachos” aquí en México y “Goodfellas” en su versión original en el idioma inglés?
Es todo un clásico de la cinematografía.
Si usted no la ha disfrutado aún, todo indica que está disponible en ciertas plataformas de streaming, como Netflix, entre otras.
Véala porque, ahora que Claudia Sheinbaum dijo que los hijos de AMLO son “buenos muchachos”, no los pudo haber definido mejor.
“Goodfellas” –pronúnciese “gudfelas”– sigue el ascenso y caída de tres delincuentes.
¿Los “buenos muchachos” a los que se refiere Sheinbaum?
¿Sí van a caer?
* * *
“En los últimos años, hemos observado la erosión de los derechos humanos a ciencia y paciencia de los sujetos obligados a respetarlos y garantizarlos: las autoridades de todos los niveles que han dado muestras de indiferencia e incluso de complicidad. Son elocuentes las transgresiones en la aplicación de los derechos humanos que se reflejan en violencia y crimen generalizados, errores y atropellos en materia de migración o desatención flagrante del sistema de salud, por ejemplo.”
El anterior es uno de los últimos párrafos que escribió Sergio García Ramírez poco antes de morir este miércoles.
Fue un gran jurista que con sus enseñanzas y su pluma diagnosticaba y recetaba remedios para la quebrantada salud política del país, siempre con buen juicio.
¡Descanse en paz!
@AndySKBrown1