El hombre es lo que es. Nunca cambia en su temperamento y esencia. Desde la infancia hasta la muerte física, sólo se transforman los caracteres y los atributos de la persona conforme son programados por su entorno, la educación, las experiencias y la programación vocacional de sus aptitudes a lo largo de su existencia.
La claque mexiquense en el poder ejemplifica esta categoría de análisis psíquico, toda vez que nacieron en un entorno de poder omnímodo y fueron moldeados a través de los años en torno de criterios de enriquecimiento ilícito, depredación, tráfico de influencias, aplastamiento de demandas populares y sevicia política.
Esto, que puede ser una perogrullada, forma parte de una concepción integral de todos los estudios modernos sobre la personalidad humana que determina su modo de ser y actuar, con sus emociones y sistemas psíquicos. Alguien inserto en un sistema corrupto no puede desligarse fácilmente de él, pues recibiría la recriminación, el desconocimiento y el castigo inmediato del grupo dominante del entorno. En este caso, de toda la pandilla atracomulca.
Quien ingrese, ya sabe a lo que le tira
Cuando una persona es invitada a ingresar a una clase social encumbrada, como la mexiquense, sabe perfectamente adónde se dirige, conoce de antemano quiénes son ellos. Entra en un círculo hermético que está conformado por sujetos con temperamento y esencia similares. No puede llamarse a engaño.
Ha ingresado o fue cooptado por una clase social confiada absolutamente en que sus actos jamás podrán ser juzgados por una instancia superior a ella, pues es una claque controladora de todo el sistema administrativo, legislativo, judicial, monetario, de poder, de opinión pública y publicada, sustentada sobre un conglomerado corrupto. De ahí el reclamo de Enrique Peña Nieto a los medios para que no critiquen, tras la devastación del sismo.
Salir del grupo y al inmediato ostracismo
Lo peor es que la de los mexiquitas es una clase social tan empoderada y vengativa que sabe que ninguno de sus actos de corrupción o de complicidad, soborno, chantaje o extorsión, del tamaño que pueda ser, tiene ni tendrá consecuencias jurídicas ante ningún tribunal formal, de conciencia, de transparencia, de rendición de cuentas, de procuración de justicia, de supervisión social, de crítica institucional.
Son así, simple y llanamente porque están en la cúspide de un sistema jerárquico vertical que toma decisiones omnímodas y realiza actos que no están sujetos a ningún escrutinio previo ni sanción posterior. El que ingresa a esa masa pseudo humana de corrupción sabe desde el primer momento que su carácter debe moldearse a las circunstancias de ese entorno.
El sujeto en cuestión sabe que cualquier desviación de esa línea lo llevaría al ostracismo, la inhabilitación, el repudio o la cárcel, para pagar en nombre de todos los demás. Nadie en su sano juicio podría ir a contracorriente del grupo. Nadie en contra de los atracomulcas, pues.
Los críticos, una legión de profetas desarmados
Tal es una de las razones de lo compacto del atracomulquismo. Quien se salga del círculo íntimo, quien revele sus enjuagues, sabe que no hay reversa en su futuro, en su prestigio personal ni en la seguridad de su familia. En el fondo, saben que su futuro personal, su impunidad y tranquilidad dependen del hilo delgado de la lealtad y el silencio hacia lo que es público y notorio.
De lo comprobado y juzgado por los gobernados, una masa inerme de individuos acorralados por la complicidad de autoridades que tampoco tienen el valor de aceptar una denuncia, de hacer una declaración valiente, de procesar un trámite que atente contra los poderosos, pues en ese momento su vida peligra.
Los cientos de casos de secuestrados, sobornados, reprimidos, azotados, levantados, ajusticiados, destazados y exterminados en todos los sectores de la crítica pública del periodismo honesto e independiente, de los empresarios que se han opuesto a los despojos, de los grupos sociales que se han atrevido a la protesta son el testimonio de un pueblo en vilo.
Son, desafortunadamente, una legión de profetas desarmados, un conglomerado de víctimas del asalto, despojo, injusticia y depredación total por parte de una claque de desalmados cuyo carácter ha sido forjado para el abuso, el crimen, la complicidad con el narcotráfico, la obediencia lacayuna a los patrones imperiales y el destrozo absoluto de cualquier concepto de soberanía nacional o de defensa del territorio patrio.
Hacer frente a la corrupción es defender a México
La molicie, la corrupción, la represión, la impunidad enmarcan el escenario de un sistema de gobierno que revela lo profundo de la descomposición del país. La claque mexiquense siempre solícita a someterse a cualquier capricho de los poderosos del Norte, aplasta sin piedad a humildes sin voz ni esperanza.
Con las armas en la mano, ahora de su principal perfilado a la candidatura priista a la Presidencia de la República, el titular de la Marina Armada, les niega cualquier posibilidad de organización, protesta o mínima exigencia de derechos humanos, individuales o sociales.
A su vez, la inmensa masa de desheredados que suma más de cien millones, es violentamente manipulada desde el poder para hacer físicamente imposible la construcción de un frente amplio de desprotegidos. Todo tendrá que arrancarse desde la imaginación y el coraje de defender a México, para hacer frente a la corrupción, el salvajismo, la opacidad y la destrucción nacional.
El compadre Miranda, en el huachicoleo
El gobiernito, como quien oye llover, consiente los actos proditorios en contra de la economía nacional y en favor del crimen organizado que comete Luis Miranda, compadre de Peña Nieto y secretario de Sedesol, su hermana y su cuñado, concesionarios de estaciones gasolineras del Estado de México, distribuidores de gasolina y diésel de comprobado origen huachicolero…
… vendiéndolo en litros que no lo son… mientras el Ejército y la Marina asesinan a los campesinos que señalan como cómplices de las supuestas bandas que sustraen los hidrocarburos de los ductos, que no son otras que las autorizadas desde las oficinas de seguridad de Pemex para efectuar los atracos, como usted y este tecleador lo venimos comentando hace seis meses.
Cuando los medios de comunicación quieren preguntarle a Luis Miranda por qué está complicitado con estas actividades, el prócer mexiquense, maestro de política en la adolescencia de su compadre Peña Nieto contesta: “yo que chingaos”, yo no sé nada, jamás le he preguntado a mi hermana o a mi cuñado a qué se dedican; que los investiguen. Nunca he sabido que tengan gasolineras. Y tan tán.
Puros impre$entables, en la ayuda a damnificados
Rosario Robles, la secretaria de Sedatu, cualquier cosa que eso quiera decir, en realidad favorita de Los Pinos, es la encargada de repartir la ayuda entre los damnificados del terremoto en el Sureste mexicano. La Iglesia en manos de Lutero: Rosario Robles ha incurrido en desfalcos por miles de millones, que algunos juran están suficientemente comprobados.
Los culiempinados Gamboa Patrón y César Camacho, supuestos coordinadores de senadores y diputados infames, tricolores y agachados creen esquivar el golpe destinando un día de salarios para enfrentar una catástrofe que ni idea tienen lo que cuesta. Pero todos callan, porque saben que el que se oponga puede no cargar los peregrinos.
Valerosas redes sociales de Oaxaca y Chiapas exigen que la mitad del dinero destinado a las campañas y partidos políticos se destine a reconstruir los daños que dejaron el terremoto y los huracanes en el Sureste mexicano. Nadie hace caso, pues ya los pseudo gobernadores Yunes y Velasco han mandado a hacer sus bolsitas de frijoles y café que llevan sus nombres. Absolutamente vergonzoso.
Lo peor: narcotráfico y asesinato detrás de ellos
No cabe duda alguna: el sello del toluquismo rampante es el cinismo y la desvergüenza ante cualquier acontecimiento. Y no para ahí. Lo peor es que la corrupción, el narcotráfico y el asesinato genocida a mansalva están detrás de esa concepción de la vida. Para eso los educaron. Es el perfil de su personalidad, asentado sobre la genética y el temperamento de su estructura vital.
Índice Flamígero: Quien roba una elección –ejemplos sobran, aunque el más reciente, el de Alfreditito del Mazo en el EdoMex resultó de antología– es capaz de robar todo lo que tenga a su alcance y hasta lo que no. ¡Bienvenidos mexiquenses a un nuevo sexenio de corrupción! ¡No se la van a acabar! + + + La creación del Frente Amplio Ciudadano ha puesto más que nerviosos a los priistas. Lo vemos cuando el vocero político de EPN –lo manda a destapar a sus presuntos alfiles, a hacer encuestas entre senadores–, Gamboa Patrón, sale a los medios a señalar que el FAC se dividirá cuando definan al candidato presidencial y, calicó como grave que aun sin haber ganado elecciones, PAN, PRD y MC ya se repartan cargos. “Fíjense lo grave, no han ganado y ya se están repartiendo los cargos”, dijo quien tiene prometido por EPN ser el próximo coordinador de la bancada tricolor en la Cámara de Diputados de la Legislatura que inicia en septiembre del año próximo. Por eso su oposición a quienes, dentro de su partido, se oponen al llamado “chapulineo”: brincar de una curul a un escaño y viceversa, como lo ha hecho él desde hace ya casi 18 años. + + + Incisivos, don Alfredo Álvarez Barrón y su otro yo, El Poeta del Nopal, apuntan que “en Chiapas continúa el recuento de los daños provocados por el temblor de 8.2 grados…
A todo el pueblo de Chiapas
pedimos que no se achique
si el dolor viene en etapas
¡falta el huracán Enrique!”
Buenas noticias para EPN y la banda criminal que encabeza, ¡aún tienen 442 días para seguir en sus condenables prácticas de corrupción! Tienen nueva ventana de oportunidad: el huracán Max que azota a los estados del Pacífico. Son malas noticias para nosotros, por supuesto.
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