No existe para el que esto escribe nada más execrable por parte de los funcionarios del ámbito de procuración e impartición de justicia, que con el degradante objetivo de satisfacer su vulgar AURI SACRA FAMES (desmedida sed de riqueza), con ello se violenta, se trastoca, se pisotea la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Si a ello aunamos la aquiescencia de las autoridades, entonces nos encontramos frente a un engendro de complicadas facetas, en donde parecen implicados como violadores constitucionales, las Fiscalías o Procuradurías de Justicia de toda la Republica, así como los Tribunales en los que se imparte ella.
Estimo en ese orden de ideas, que a los juristas encargados por misión constitucional de procurar e impartir justicia no debe ni puede escapársele el hecho simplísimo de respetar el cuerpo y espíritu del artículo 17 de nuestra Suprema Ley, el cual ordena que la justicia debe y tiene que ser gratuita y en la actualidad en ésta Cuarta Transformación sean omisos en obligar a sus subalternos a respetar nuestra Carga Magna.
En todos los confínes de la Nación se sabe que la justicia no es gratuita, que existen múltiples Agentes del Ministerio Público, Jueces, Fiscales, Magistrados que venden sus Togas al mejor postor.
Ante estos hechos de indefectible e inaudita violación constitucional, los encargados de los despachos de procuración e impartición de justicia en todo el territorio nacional hacen poco o nada por evitar esa deleznable practica en el ámbito que nos incumbe, hacen poco o nada para combatir ese cáncer de corrupción.
Si de Democracia se trata, tal como lo pregona el Lic. Andrés Manuel López Obrador, se afirma sin temor a equívoco alguno, que nuestra Suprema Ley, es norma que debe y tiene que ser respetada con firmeza, ya lo dijo el Primer Magistrado: “hasta el pueblo se cansa de tanta pinche tranza”, en similar orden de ideas, puede sostenerse que en virtud de todos los reclamos que el pueblo cotidianamente hace, se llega a la conclusión que ya se cansó de ser comparsa de tanta tranza, lo peligroso de ello se va a dar cuando en puridad tome en sus manos la obra de hacer justicia por mano propia.
Don Francisco Zarco con atinada visión profética refirió “En ese obscuro laberinto, en ese monstruoso conjunto de leyes al que se ha querido llamar legislación mexicana, el discurso se pierde, la razón se extravía”.
Valdría la pena que el Presidente de la República, así como la Jurista Olga Sánchez Cordero, en su carácter de Secretaria de Gobernación, intervinieran personalmente para evitar que en lo futuro la razón se extravíe, ya que la ciudadanía del País entero, ya está harta, ya está hasta la madre de que a cada instante se viole la ley y la justicia se prostituya.
La consigna de irrestricto respeto al Estado de Derecho, debe a mi humilde opinión, tener prioridad absoluta.
Espero que así sea.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C..