Claudia Rodríguez
…a no ser que el dirigente nacional priista esté guardando un as bajo la manga o en efecto no se desgaste hasta las elecciones intermedias; más esto último en política no opera, el que no se ve, no suma. O será que, en definitiva, el señor Moreno le teme a la justicia
Enriquecido ¿e inocente?
Mientras la Fiscalía General de la República (FGR) realiza una investigación contra el presidente nacional del Revolucionario Institucional, el campechano Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, por un presunto enriquecimiento ilícito por la sospecha de la adquisición de 16 inmuebles en su entidad de origen, dos vehículos y cuatro cuentas bancarias, sin que tengan correspondencia con sus ingresos; es a la vez, que la ausencia del mismo dirigente priista no deja de llamar la atención.
Desde entonces, Moreno Cárdenas se maneja con un muy bajo perfil a más de haber manifestado que sus ingresos anuales corresponden al rubro de los 5 millones: más solo entre los años 2012 y 2015, habría mandado edificar una mansión de su propiedad que ahora se valúa en 47 millones de pesos, en tanto las otras 15 propiedades tienen un valor en conjunto en alrededor de 104 millones de pesos.
Lo indignante es que la riqueza de Moreno se construyó al amparo de sus funciones en la Administración de Campeche, primero como diputado y después como gobernador.
Estrategia o cautela
Mucho llama la atención, como fue la campaña descarnada en contra de la candidata a la dirigencia priista Ivonne Ortega, para que después Moreno desapareciera como una verdadera voz de la oposición desde la esquina del instituto político priista que se siente más huérfano que nunca.
Es cierto que Moreno, luego del atípico suceso de Culiacán en Sinaloa, fue a la misma ciudad a realizar un acto priista, en donde lo más que atinó a señalar, fue que el 2019 se perfila como el más violento de la historia de México e inmediatamente después, apenas atinó a decir el mismo dirigente nacional del PRI, que “no es el momento de ataques políticos”, es decir; se quedará callado y el organismo político no tomará posición frente al desastre luego de la captura de Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo” Guzmán Loera.
Claro, que es de llamar tal posición de la dirigencia nacional del PRI, cuando el mismo Moreno Cárdenas prometía en su candidatura a esa posición, que sería una dirigencia que “encararía al poder” y todo parece silencio y complacencia.
Leyenda urbana o no sobre el espaldarazo del presidente Andrés Manuel López Obrador de Morena, al priista Alejandro Morena para llegar al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI; pareciera en efecto que hasta allá llega en control del presidente, a no ser que el dirigente priista esté guardando un as bajo la manga o en efecto no se desgaste hasta las elecciones intermedias; más esto último en política no opera, el que no se ve, no suma. O será que, en definitiva, el señor Moreno le teme a la justicia.
De la presencia envolvente a casi la nada
Sea como sea, tampoco desde el PRI, otrora partido hegemónico, con hombres por decenas del partido; hoy además de huérfano tiene una caballada más que flaca, aunque ningún partido político se salva de no contar con hombres que figuren como verdaderos líderes para elecciones futuras.
La política puede para algunos ser un gran negocio por cómo engordan sus bolsillos, sus propiedades y sus cuentas bancarias; pero es imperativo que eso de verdad termine o una de las más significativas promesas del actual Gobierno federal quedará en el aire, a la vez que propiciará más y más desventura para los mexicanos.
Acta Pública… “Morena se irá de la Presidencia en el 2024”: Alejandro Moreno, dirigente nacional del PRI.
Para advertir… Se antoja difícil que sea el mismo Moreno el que lo desaloje.
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