Ricardo Del Muro / Austral
Las baladas revelan la cara nostálgica del rock, sobre todo aquellas que se refieren a las cartas de amor, un hábito que desapareció con la comunicación digital, pero donde las canciones recuerdan la importancia que tuvo el género epistolar en la vida cotidiana de varias generaciones.
Hoy, en la era del correo electrónico, los emojis y los mensajes que se borran en segundos, aquellas baladas suenan como cápsulas del tiempo. Piezas clásicas como Love Letters en la voz de Elvis Presley, Please Mr. Postman con The Marvelettes y The Letter de The Box Tops, muestran cómo el género epistolar se incorporó al repertorio musical del rock.
En el contexto del Día del Cartero y del Empleado Postal, que se celebra el 12 noviembre en México desde 1931, hace 94 años, vale la pena recordar aquella época en que estas baladas describían el intercambio epistolar entre jóvenes enamorados, que hablaban sobre la espera, la distancia y la necesidad de recibir noticias por correo, elementos centrales de una práctica ya en desuso.
Destaca la canción “Please Mr. Postman”, grabada en 1961 por The Marvelettes y llevada al estrellato mundial por The Beatles en 1963. La versión original fue lanzada por The Marvelettes y se convirtió en el ábum debut del grupo femenino y el primer sencillo número uno de Motown en la lista Billboard Hot 100.
La letra, coescrita por Georgia Dobbins, se inspiró en su propia experiencia esperando una carta de su novio, que era militar en la Marina. La canción ganó aún más propularidad con versiones posteriores, sobre todo la que hicieron The Beatles en 1963 (incluida en su segundo álbum With The Beatles) y la que hicieron The Carpenters en 1974, que también alcanzó el número uno en 1975.
Otra canción emblemática es “The Letter”, escrita por Wayne Carson Thompson y llevada a la fama por el grupo The Box Tops y su cantante Alex Chilton. Incluida en 1967 en el álbum del mismo nombre, alcanzó el número uno del Billboard Hot 100 y el número 5 del UK singles chart.
La canción se hizo muy popular durante la guerra de Vietnam, ya que en los años en que el ejército de Estados Unidos participó en el conflicto (1964 – 1975), las cartas fueron la única forma en que las familias estadounidenses pudieron comunicarse con sus hijos que peleaban en el sudeste asiático.
A partir de algunas estas cartas, leídas por actores como Robert De Niro y Martin Sheen, en 1987 se realizó el documental Querida América: Cartas desde Vietnam, dirigido por Bill Couturié, que incluye imágenes de noticieros televisivos y videos caseros grabados por los soldados.
La revista Rolling Stone situó a The Letter en el puesto 363 dentro de sus 500 mejores canciones de todos los tiempos. Una de las mejores versiones es la de Joe Cocker en 1970, incluida en el album Mad Dogs and Englishmen, pero también se han hecho versiones menos afortunadas por numerosos artistas como el cover en español que hicieron los Johnny Jets y los Yorks en la época pionera del rocanrol en México.
Las cartas han sido tema recurrente de las canciones románticas; hay tangos emblemáticos como “La Carta” de Carlos Gardel (1933); “La carta que nunca llegó” de Enrique Santos Discépolo y Tita Merello (1940) y “La carta perdida” de Agustín Magaldi (1931), mientras que en el bolero destaca “La última carta” de Bobby Capó (1950), interpretada por Julio Jaramillo, Los Panchos y Olga Guillot.
Una de las baladas más icónicas sobre cartas de amor es “Love Letters”. Aunque fue escrita en 1945 por Edward Heyman y Victor Young, la versión que Elvis Presley grabó en 1966 (y más tarde en 1971 en una versión aún más melancólica) se convirtió en un éxito mundial. Otra canción sobre el mismo tema de Elvis es “Return to Sender” (1962), una carta devuelta al remitente: el amor rechazado.
Los ochenta llevaron el tema a nuevas emociones, con guitarras eléctricas y amores imposibles. “Love Letter” de Bon Jovi o “Wasted Time” de Skid Row usaban la carta como símbolo de lo que ya no podía decirse cara a cara. Incluso Bruce Springsteen, décadas después, en “Letter to You” (2020), retomó la metáfora para despedirse de sus amigos caídos y del rock que lo formó. La carta seguía viva, aunque el correo postal ya comenzara a ser desplazado por el correo electrónico.
La irrupción del mundo digital no solo aceleró la comunicación: la volvió instantánea y, paradójicamente, menos personal y memorable. Los mensajes se borran, se pierden entre notificaciones o simplemente se olvidan, pero – a pesar de la distancia y la tecnología – surgió el amor digital.
Una de las primeras baladas pop que capturó la emoción del amor a distancia en tiempos del correo electrónico es “Email My Heart” de Britney Spears (1999). Otros ejemplos son: “Internet Love Song” con The Moldy Peaches (2001); “Digital Love” de Daft Punk (2001); “Online” de Brad Paisley (2007), un country – rock con humor sobre cómo la identidad digital puede distorsionar la realidad y el amor, así como “The Internet Is for Love” de Avenue Q (musical, 2003), una parodia sobre cómo la red se volvió un espacio para buscar (y perder) amor. RDM




