El fraude ya está en marcha a nivel tierra: compra de votos, pagos a funcionarios de casilla para que no se presenten a cumplir su obligación ciudadana el próximo domingo –y así puedan ser sustituidos por priístas, formados desde temprano en la fila de votantes–, recolección de credenciales y otras linduras más, que prácticamente son del conocimiento de todos.
Pero el más dañino es el que podría darse justo el día de la jornada electoral. Y éste sería en el plano cibernético.
“Sólo falta que EPN oprima el botón”, dijo a Balconeando un conocedor del tema. Si se ve muy apurado, lo va a hacer.
Y es que, desde principios de este 2018, llegó desde Washington un equipo de hackers, integrado por jóvenes originarios de varios países, para realizar una labor muy similar a la que en Estados Unidos hizo Cambridge Analytica. Entre otras, enviar mensajes masivos per-so-na-li-za-dos –tienen bases de datos no sólo de las redes sociales, también las del IMSS, SAT, ISSSTE, CURP y todas las que se imagine en el nivel estatal, por lo que conocen a sus objetivos, sus gustos, preferencias, casi a la perfección– con noticias falsas, con propaganda negra, etc.
La más importante, empero, es la de hackear el PREP. Según la información disponible, ya probaron ser capaces de intervenir el Programa de Resultados Electorales Preliminares –el que aparentemente “cuida” Carlos Slim–, y desde una computadora espejo variar los números a conveniencia.
Un funcionario del PRI consultado al respecto acepta tener conocimiento de este grupo de hackers y de lo que pueden hacer. Pero apunta que sólo falta que Peña Nieto dé el banderazo de salida para llevarlo a cabo este domingo venidero.
Pero aclara que el hackeo o alteración de resultados tendría como objetivo las elecciones de diputados federales, senadores, algunas Legislaturas estatales, ciertas presidencias municipales pues “para eso hemos trabajado a la opinión pública: para que crea que de verdad vamos en segundo lugar”.
¿Se atreverá Peña Nieto? ¿Ahora que ya está balconeado?
Reyes Baeza, maestro de La Estafa Maestra
¡Ah, Chihuahua! El ex director del ISSSTE y actual candidato a senador por el PRI, Reyes Baeza, bien podría ser el maestro de César Duarte en la muy socorrida fórmula de llevarse a sus bolsillos los dineros de los contribuyentes.
Al menos cuatro funcionarios cercanos al también ex gobernador chihuahuense recién fueron sancionados por su participación en el gigantesco fraude al que se denominó La Estafa Maestra. Y todo por cinco convenios fraudulentos firmados por el FOVISSSTE, con la intermediación para su desvío de la Universidad Autónoma del Estado de México –¿de dónde, si no?– que reportaron 129 millones de pesos a empresas fantasma.
La compañía más beneficiada gracias esos cinco convenios presuntamente fraudulentos fue Nubaj y Nubaj Consulting (Nubaj), del empresario Francisco Javier Ramírez Lares, quien es amigo tanto de Reyes Baeza, el entonces titular de la dependencia de donde salieron los 63 millones que beneficiaron a su empresa, como de Héctor Valles, el funcionario sancionado que debía vigilar el cumplimiento de esos contratos millonarios.
Por esos cinco convenios entre el FOVISSSTE y la UAEM, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) emitió un informe forense e interpuso el 15 de mayo de 2017 una denuncia penal ante la Procuraduría General de la República (PGR). Mientras que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) catalogó a Nubaj como ‘empresa fantasma’, aunque la compañía rechaza que lo sea.
¿Para eso busca el fuero Reyes Baeza? ¿Para obtener inmunidad? De los chihuahuenses depende que no la obtenga, este otro bandido priísta.
Proyecto de guion para una noche ¡de película!
Escena 1- Oficina de Lawrence. Noche. Plano medio corto. Con el librero a cuadro:
Lawrence (nervioso): Informa que una vez revisados el 70 % de los exámenes de los cuatro aspirantes al cargo, Andrew es quien tiene el mayor número de aciertos, por lo que ha sido seleccionado para ocupar el cargo por el que hubo cuatro contendientes. Funde a:
Escena 2 – Fade in. Oficina de Henry. Noche. A cuadro, la bandera de la compañía.
Henry (excesivamente maquillado): Felicita a Andrew por haber tenido el mayor número de aciertos en el examen de admisión . Se compromete a ir entregándole la oficina, al tiempo que revisan logros (escasos, por cierto), así como los muuuuuchos pendientes que existen. Funde a:
Escena 3.- Exterior. Noche. Multitudes corean vítores. A cuadro, el ganador del puesto.
Andrew (sonriente, exultante): Reconoce la equidad y transparencia del equipo encabezado por Lawrence para la realización de los exámenes, así como el reconocimiento, apertura y disposición mostrados por Henry para aceptar el resultado. Y da el sí a la invitación para que de inmediato él y el que deja la oficina se sienten a dialogar y así dar inicio al proceso de cambio.
Disolvencia.
The End.