En diciembre de 2013 la Procuraduría General de la República investigó al titular de Comunicación Social de la Secretaría de Salud, ya que en 2010 habría contratado a seis empresas que, al parecer, ofrecían facturas falsas para lavar dinero. En realidad, ese personaje era el hombre de paja que Alejandra Sota utilizaba, desde la Presidencia de la República, para hacerse de numerario, del que se presume que buena parte iba a su personal caja de caudales. El monto involucrado en las indagaciones superaba con creces los 4 mil millones de pesos.
Hoy, uno de los representantes de una de esas empresas “fantasma”, presumiblemente conectada con Sota, la vocera de Luis Videgaray en la campaña de José Antonio Meade, recorre oficinas públicas dedicadas a lo que antes se llamaba simplemente prensa. Ofrece sus servicios y explica su modus operandi.
Si para una campaña publicitaria o propagandística gubernamental se tiene un presupuesto de, digamos, cinco millones de pesos, el personaje pide que se le entreguen bajo contrato y él regresa, cuando menos, un millón de pesos en efectivo, libres de polvo y paja, luego de hacer diversos trámites bancarios.
Se compromete, también, a entregar los “testigos” de que la campaña se realizó, aunque nadie la haya visto, leído o escuchado.
Así sucedió, por ejemplo, con anuncios de la SSA que supuestamente habían sido colocados en decenas de autobuses de todo el país, lo cual era un burdo engaño.
La pregunta que surge de inmediato es si Alejandra Sota, quien fuera vocera durante la ocupación de Los Pinos por parte de Felipe Calderón –luego lo ha sido de Eruviel Ávila, ahora de Meade, pero siempre bajo la protección de Luis Videgaray– ¿continúa con esta que para ella es muy redituable situación ahora desde la campaña del candidato priísta que ni siquiera tiene credencial del PRI?
A lo mejor por eso no hay tanta propaganda de Meade en las calles… aunque en las facturas “conste” que sí.
Yunes, padre, Yunes, hijo… sin el Espíritu Santo
De acuerdo al colega veracruzano Edgar Hernández, el gobernador Miguel Ángel Yunes está siendo víctima de sí mismo y, por ende, sufre una revuelta silenciosa.
El sacrificado, su junior, quien aspira a suceder al padre en el cargo… con todos los apoyos gubernamentales y otros que resultarían ser inconfensables.
Operadores de la revancha serían funcionarios de los sexenios de Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, a quienes ha perseguido, calumniado y hasta encarcelado… pero también muchos de quienes colaboran con él en la administración gubernamental, y que él cree que aún le son leales.
“Viene la revancha total”, dice Hernández en su muy leída columna “Línea Caliente”.
Pero no sólo los políticos claman revancha. Buena parte de la población está en la misma posición, habida cuenta de que en sus meses de gobierno Yunes no ha cumplido sus compromisos de campaña, pues sólo se ha dedicado a cobrar venganza por reales o supuestas afrentas.
Y quien la pagará será el junior, quien debe ver cada vez más lejos la posibilidad de suceder a su papá.
En Veracruz, todo indica, Morena va.
Ese patito tan especial / Guiaba a todos con su cuack, cuack, cuack
Popgrup la casa “encuestadora” que hace dos día publicó una encuesta donde se coloca a Meade en segundo lugar, tiene 600 seguidores en Twitter y desde 2014 no publicaba ningún mensaje en esa red social. En su pagina web se lee que anteriormente no hacían encuestas electorales, pero que ya empezaron a hacerlo desde el mes de abril.