Es muy probable que uno de los muchos priístas que no está apoyando a José Antonio Meade en su ambición presidencial sea el ex rector de la UNAM y actual secretario de Salud José Narro Robles.
Y es que, cuentan los enterados, el candidote del PRI-ITAM rechazó la “sugerencia” presidencial de que buscara a Narro y lo invitara a ser el candidato del tricolor a la jefatura del Gobierno de la Ciudad de México.
Y que esto habría sucedido en Los Pinos, justo después del “destape”.
— No, presidente. Disculpe. Pero yo tengo pensado invitar a Mikel Arriola a ese cargo –habría dicho quien va en tercer lugar, ya casi cuarto, en las encuestas conocidas.
— Está bien. Como gustes — la respuesta harto lacónica del ocupante de Los Pinos.
Y que este fue un mal cálculo de Meade –“decirle no al presidente es como ponerse en su contra”, solía decir don Enrique Olivares Santana, viejo sabio de aquella que sí era política–, habida cuenta de que esa oportunidad, la de no aceptar la “sugerencia” del ocupante de Los Pinos, debió haber sido empleada para desembarazarse de El Clavillazo Enrique Ochoa Reza y de El Niño ñoño Nuño, quien ha impuesto a la fallida campaña su agenda “educativa”, cual se observa en el más reciente spot del que fuera “el partidote”.
Mikel Arriola, por su parte, va solo. Quizá, si el candidato capitalino hubiese sido Narro Robles, el PVEM y el Panal sí hubieran aceptado aliarse o embarcarse con el PRI en esa aventura que no llegará a buen puerto.
¡N’hombre! ¡Un genio!
En la secta, la hija del propietario de Reforma
En estos espacios del Índice Político se publicó por primera vez en México el feo asunto de la secta de Keith Rainere, ahora preso, y de cómo este logró penetrar al seno de las familias más podero$as de México, a través de los hijos jóvenes descontentos con su entorno. Fue el caso, por ejemplo, de Carlos Emiliano Salinas Occelli y otros muchachos y muchachas de lo que algunos cursis llamarían “la alta sociedad”.
Semanas después de la publicación aquí de este escatológico caso, lo abordó The New York Times. Y, obvio, los medios de comunicación mexicana siguieron al perro de adelante, sin siquiera saber por qué ladraba.
Bueno. Casi todos los medios. El diario Reforma no lo hizo. Buenas razones tiene el editor Alejandro Junco para censurar la información, pues no obstante que el asunto tiene ya varios meses de exposición el periódico de raíces regiomontanas sólo ha publicado dos notitas, una el 9 de noviembre del año pasado y otra de hace tres días, pero siempre referidas a Allison Mack, la actriz que se dice sustituye a Rainere en el liderazgo de ese culto.
Sucede que su hija Rosa Laura Junco pertenece a la secta y que como otros miembros de ella se niega a escuchar a su padre, quien le ha pedido que renuncie a ella. Incluso que ya le cortó el subsidio de un millón de dólares con que se mantenía en EU.
Lo peor es que se dice que Rosa Laura Junco está dispuesta a ayudar a Raniere a preparar chicas adolescentes para él. Niñas de entre 11 y 17 años llevadas a Albany, la capital del estado de Nueva York, desde Chihuahua, México, para ser entrenadas por Keith Raniere.
De la joven Junco se atribuye a Rainere haber dicho que no es tan competente como la fallecida Pamela Cafritz o la esclava actual de Raniere, Karen Unterreiner, en la adquisición de adolescentes para el líder de la secta, pero ella es la mejor que tiene disponible.
Que Diego ya estaría negociando el futuro de Anaya
Somos muchos quienes recordamos que, en aquel primer debate presidencial, el panista Fernández de Cevallos resultó “ganador”. Y que luego desapareció de la escena, dejando el paso franco a Zedillo Ponce de León.
La historia, dicen, es cíclica. Se repite.
Por eso no falta quien pregunte si, tan buen negociante, perdón, negociador como dicen que es el autollamado “Jefe”, ¿ya está negociando con su brother Carlos Salinas el futuro de Ricardo Anaya?
Dicen que sí. Que a cambio de que salga “limpio” de las investigaciones de lavado de dinero.
¿Usted qué cree?