Apenas el martes de la semana anterior, en este espacio se recordó que hay una aeronave adquirida por Pemex al inicio de este fallido sexenio que, bajo la custodia de la Secretaría de la Defensa Nacional, aterriza y despega de la Base de Santa Lucía –¿no que no puede operar al mismo tiempo que el actual aeropuerto capitalino?– y que está al servicio exclusivo de la señora Angélica Rivera, a quien se conoce más por su mote televisivo como “La Gaviota”.
Pues bien, hablemos hoy de escobas. Y de trapeadores. Y de trabajadores sujetos al salario mínimo y sin las prestaciones que otorga la ley.
De escobas y trapeadores, sí, porque tiene ya un buen rato que una de las más cercanas colaboradoras de la (mal) llamada Primera Dama recorre las oficinas de compras y adquisiciones de prácticamente todas las dependencias de la Administración Pública Federal, lo mismo que de algunos gobiernos estatales y municipales, ofreciendo los servicios de ciertas empresas de limpieza de oficinas.
Se trata de Lorena de los Ángeles Sánchez Aldana González quien usa el nombre y actual posición de Rivera para conseguir sendos contratos, porque ¿quién es el guapo que le va a decir que no? Así se han llenado de oro en los últimos años.
Lo peor es que estas empresas tienen a centenares de trabajadores, contratados bajo el pernicioso outsourcing, en condiciones de verdadera explotación. Madres con hijos, en su mayoría menores de edad, sujetos a salarios que no les alcanzan ni para sobrevivir.
Así funciona la presidenta del Consejo Ciudadano del Sistema para ¿el Desarrollo Integral de la Familia?
Elecciones: el papel del Ejército
Escribe Antonio Limón López que, según las encuestas, el Ejército es la “institución” más apreciada de México. Y que eso es cierto, pero que se debe a la frágil memoria de los mexicanos. Pero él es memorioso y apunta que el Ejército fue pieza fundamental en la realización de fraudes electorales desde la elección de Manuel Ávila Camacho, impuesto a dedo por Lázaro Cárdenas, y luego en Guanajuato, Yucatán, Sonora, Baja California, Jalisco, Chihuahua y en toda la República. Esto llegó al extremo en las elecciones de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari donde se cometieron mega fraudes.
Seamos francos, dice, en el mejor de los casos la participación militar en la vida civil, ha sido considerada como un “mal necesario” y en el peor ha sido visto como un agresor criminal implacable contra la población nacional, y esto no cambia.
Y tras hacer un recuento de algunos capítulos de la historia reciente –1968, 10 de junio, “La Quina”, Zedillo Vs. Gutiérrez Rebollo por haber descubierto las relaciones peligrosas de la familia presidencial con el narco–, menciona que, a partir de que el Gral de División Salvador Cienfuegos substituyó al General Galván, con quien se sabe existe grandes antagonismos, hubo un incremento de exigencias de los cuerpos militares, ya no solo económicas, sino políticas. A diferencia de sus antecesores,Cienfuegos posee una vasta cultura militar y conoce el papel político de milicias de otros países, y ha insistido en un marco jurídico ideal para que el Ejército pueda cumplir en su lucha contra la Delincuencia Organizada.
Y que quienes lo han tratado en lo personal, comentan que de haber vivido en los años sesenta o setenta, habría protagonizado un Golpe Militar, pues critica a los malos gobiernos civiles y enaltece a los militares.
Con un mando como éste, ¿cuál es el papel que desempeñará el Ejército el 1 de julio y los días y semanas subsecuentes?
¿Quién empujó a Carlos Slim al despeñadero?
Si no fue Enrique Peña Nieto quien le pidió al magnate del salinismo que saliera a los medios a defender lo indefendible, ¿quién fue el que lo embarcó?
Y esto porque el vocero de Los Pinos calificó como fake news la versión de que la rueda de prensa se habría celebrado luego de que hablaran EPN y Slim.
¿Fue Salinas? Como siempre, no ha dicho ni pío.
¿De su círculo de asesores?
N’hombre, ¡unos genios!, como dijo aquél.
Porque sacudió el avispero, y los aguijonazos no cesan.
El más duro, hasta ahora, el de Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra – Atenco. El que EPN aceptó hace seis años haber reprimido.
Y esto apenas empieza.