SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
Rusia, bajo el liderazgo de Vladimir Putin, ha mostrado un renovado interés en América Latina, buscando fortalecer sus lazos con países que históricamente han mantenido relaciones tensas con Estados Unidos, por lo que la presencia de barcos rusos en aguas cubanas revive esos temores históricos en el panorama geopolítico actual.
La llegada al puerto de La Habana, Cuba, de una flotilla de barcos de la armada de Rusia el pasado miércoles, ha despertado cierto nerviosismo en la región, aun cuando tanto el gobierno de Estados Unidos como el de Cuba han declarado que este hecho no representa ninguna amenaza. Sin embargo, muchos lo ven como una demostración de fuerza del gobierno de Vladimir Putin.
Entre los barcos rusos que llegaron a Cuba está el submarino nuclear Kazan, el buque petrolero Pashin, el remolcador de salvamento Nikolai Chiker y la fragata Almirante Gorshokov.
El gobierno cubano informó que estos barcos no portan armas nucleares, por lo que no son una menaza, pero se sabe que llegaron a realizar ejercicios sobre el uso de armas y misiles de alta precisión.
Cabe destacar que esta flotilla está a tan solo 90 millas de la costa del estado de Florida, lo que no deja de ser un peligro para los Estados Unidos.
Como respuesta, un día después llegó a Cuba el submarino USS Helena de propulsión nuclear estadounidense que atracó en La Habana. Posteriormente este viernes llegó el buque canadiense Margaret Brooke, siendo esta la primera visita de la Marina Real Canadiense a La Habana desde 2016.
BARCOS RUSOS, ESTADUNIDENSES Y CANADIENSES A CUBA
En los meses recientes se ha observado la presencia naval extranjera en aguas cubanas, destacándose la llevada de los barcos rusos, un submarino estadunidense y un buque canadiense. Esta situación ha despertado preocupación sobre los posibles riesgos y consecuencias geopolíticas de dichos movimientos.
La llegada de un buque canadiense es un evento inusual, pero igualmente significativo, toda vez que Canadá es un miembro activo de la OTAN y mantiene una postura alineada con los intereses de seguridad de Estados Unidos.
Cabe recordar que Cuba ha sido históricamente un punto estratégico en el Caribe, especialmente durante la llamada Guerra Fría, y la proximidad de la isla caribeña con los Estados Unidos ha sido un factor clave en la política internacional, por lo que la presencia naval rusa rememora los días de la crisis de los Misiles de 1962, cuando el mundo estuvo al borde de un conflicto nuclear debido a la instalación de misiles soviéticos en Cuba.
UN DESAFIO LA PRESENCIA RUSA
La presencia de barcos rusos en el Caribe se puede interpretar como un desafío directo a la influencia estadunidense en la región. Esta maniobra puede ser vista como una estrategia de Rusia para proyectar poder y demostrar su capacidad para operar en el hemisferio occidental. La cooperación militar entre Rusia y Cuba sugiere una intención de consolidar una alianza estratégica.
El buque canadiense introduce un elemento adicional de tensión, aunque esté involucrado nada más en monitoreo o ejercicios de entrenamiento, ya que podría interpretarse como una medida preventiva o de vigilancia a petición de Estados Unidos ante el incremento de la actividad rusa.
Por su parte el gobierno cubano puede utilizar estas visitas como una muestra de su capacidad para atraer aliados poderosos y diversificar sus relaciones internacionales, lo que podría fortalecer su posición a nivel nacional e internacional, aun cuando este movimiento podría generar riesgos al provocar una respuesta más agresiva por parte de Estados Unidos, que podría aumentar las sanciones o adoptar una postura más militarizada en la región.
La colaboración entre Cuba y Rusia podría interpretarse como una reafirmación de sus lazos históricos y una respuesta a las políticas de aislamiento impuestas por Estados Unidos. La presencia canadiense, aunque menos significativa en términos militares, refleja la preocupación de los aliados de la OTAN sobre la creciente influencia rusa en el Caribe.
Esta dinámica puede incrementar las tensiones entre EU y sus aliados frente a Rusia, afectando negociaciones y cooperación en otros ámbitos, como el control de armamentos y la resolución de conflictos globales.
CUBA SIGUE SIENDO CRUCIAL EN LA POLÍTICA GLOBAL
En conclusión, la llegada de la flotilla de barcos rusos y la reacción de Estados Unidos y Canadá, representan un punto crítico en la geopolítica del Caribe, cuyos riesgos asociados incluyen un aumento en las tensiones regionales, una posible militarización de la política exterior estadunidense hacia la región y un impacto en las relaciones internacionales más amplias entre las potencias involucradas. De manera que esta situación requiere de un monitoreo constante y una diplomacia muy prudente, para evitar escaladas que puedan desestabilizar a la región.
Estos movimientos navales son un recordatorio de que el Caribe sigue siendo un escenario crucial en la política global, donde las acciones de unas pocas naciones podrían tener repercusiones significativas, que afectarían al resto de los países, sobre todo de América Latina, en especial a México.