En menos de dos semanas, he visto y vivido cómo es que en ventanilla de un banco son retenidos billetes por dictamen de su falsedad, a cargo del cajero en turno.
A querer o no, he observado la cara de sorpresa no grata, frustración y enojo de las personas a las que se les advierte la falsedad de su papel moneda y como –literal–, se vuelven en el delincuente en turno de la sucursal bancaria.
Me he enterado en estos eventos, que el billete que se detecta falso en ventanilla de banco cualquiera, no puede ser regresado a quien lo presentó, ni siquiera para cuestiones de revisión y aprendizaje en la detección de los elementos de afectación y que a lo único que se puede aspirar es a un recibo en el que se acota el evento, mismo que es enviado al Banco de México (BM) para su análisis.
La persona a la que se le retiene el billete por presunción de falsedad, debe incluso presentar copia de su identificación para afinar el trámite.
El clima de la frustración viene cuando se explica al usuario de la banca que pretende hacer pagos con dicho papel que no tendrá reembolso, a menos, claro; que el BM refute lo falso del billete y para eso habrá de transcurrir casi un mes para la notificación y el reembolso.
El temor creo que no sólo mío, sino de muchos más, es que es difícil advertir anomalías en el papel moneda y que quede claro, no porque seamos incapaces técnicamente de detectarlas, sino porque simplemente se hace impensable revisar cada uno de los billetes que recibimos, incluso de un cajero automático u otra institución bancaria.
El caso es que la circulación de billetes falsos, es algo por estos días muy recurrente. Y no se trata de andar desconfiando de todos y por todo, pero la delincuencia tiene sus métodos de hacer negocio y las autoridades de frenar a la misma y como siempre, en el caso de los billetes falsos, los de en medio, los inocentes, somos los que pagamos “los platos rotos”.
Más cuando los billetes que más se falsean son los de 500 y 1000 pesos.
Acta Divina…Poner en circulación billetes o monedas falsas es un delito que se castiga hasta con 12 años de prisión.
Para advertir… Hoy más que nunca, el dinero falsificado.
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