Eduardo Sadot
Los grandes barcos se hunden por un pequeño orificio, quien piense que se hunden por grandes boquetes que hacen imposible mantenerlos a flote se equivocan.
En el Estado de Quintana Roo la presencia del fiscal, amigo de Rutilio Escandón en los mejores tiempos de Adán Augusto ha mantenido una actitud arrogante y cuestionable profesionalmente que ha trascendido inclusive las fronteras de México.
El tema, ha prendido focos rojos en Palacio Nacional, sin que en la secretaría de gobierno del estado se percaten del riesgo, ha trascendido la queja de organismos no gubernamentales ONGs sobre la manipulación de carpetas a capricho del titular de la fiscalía.
Las ONGs están documentando sendos expedientes inclusive de su paso por el Estado de Chiapas como delegado y sus vínculos con funcionarios del Estado vecino Tabasco cuestionados como Adan Augusto López, Hernán Bermúdez Requena y del mismo estado de Chiapas Rutilio Escandón.
El tema se puede complicar en el Estado y a veces hay que tomar decisiones a tiempo antes de que los problemas escalen.
Las carpetas de investigación en la Fiscalía, no han tenido la pulcritud que se requiere, en un estado que por su propia naturaleza es un escaparate internacional cuyas repercusiones llegan a impactar hasta Palacio Nacional, obliga a mantenerse alertas siempre.
Hay casos vinculados a ciudadanos norteamericanos que están en la mira de la embajada Norteamericana y que la fiscalía a subestimado.
Con toda seguridad en la secretaría de gobierno deben tener documentados temas que fueron subestimados por la fiscalía y que han escalado fuera del Estado.
Es abrirle frentes a Rosa Isela Ramírez sin necesidad.
Los recientes casos del líder sindical Isidro Santa María, el tema de Mahahual y al menos dos carpetas trascendentes de cada municipio del Estado, cuando con un solo caso bastaría para ocuparse y preocuparse para evitarle un dolor de cabeza a la gobernadora.
Nos preguntamos como para qué buscar problemas a la gobernadora donde no los hay.
El mantener una actitud cerrada frente a los problemas y arrogante en el ejercicio de la fiscalía, es producto de la creencia de que los cargos son eternos, sin aceptar la fugacidad de los nombramientos.
El tema de Quintana Roo, no es un tema menor para el embajador Ronald Douglas Johnson, pero parece que en la administración pública del Estado no han reparado de sus repercusiones.
La arrogancia es mala consejera y el horno no está para bollos, para dejar pasar irresponsablemente temas de la fiscalía que incluyen a ciudadanos norteamericanos, a líderes laborales, a petición adversarios sindicales a ONGs a lideres locales, cuando se pretende abrir las puertas a grupos antagónicos a la presidenta Sheinbaum, es meter a un estado como Quintana Roo en la zona de turbulencia que se avecina en MORENA a cambio de nada. Cuando la gobernadora se ha esperado en realizar bien su trabajo.
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