Por: Ricardo Aguirre Cuellar
Estimado amigo; para clarificar con precisión meridiana las buenas intenciones; nada más puntual que la frase atribuida a San Bernardo de Claraval que dice “ El infierno está lleno de buenas voluntades y deseos” y es que cuando hay la intención de hacer algo importante y cambiante, si está no se acompaña de la acción, dichas intenciones no sirven de nada.
Proponer un ambicioso programa de desarrollo para los próximos seis años, es en si mismo un loable propósito, que sin lugar a dudas es esperanzador; sin embargo, si la intención no conlleva los mecanismos hacedores, el resultado sólo será una quimera y por tanto un empedrado muy bellamente adornado con destino al fracaso, es decir, al infierno.
Como tantas veces y ejemplos a sucedido en nuestra sufrida nación.
El Plan México presentado el día de ayer en el Museo de Antropología, por la presidencia de la República, con el aval de lo más granado del empresariado nacional es muestra palpable de lo que son las buenas intenciones.
La propuesta de inversión de 277 mil millones de dólares implica que cada año se inyecte a nuestra economía 46 mil millones de dólares, a través de diversos rubros, ya sea como inversión extranjera o ya sea local.
La estimación de 277 mil millones de dólares, según se explicó corresponde a más de 2000 proyectos de empresas específicas que desean instalarse en nuestro país. O sea buenas intenciones, que no son sólidas consolidaciones.
Y si bien en el gobierno de Peña Nieto se alcanzó una “ cifra histórica” de 171 mil millones de dólares, también es cierto que en mucho tuvo que ver las reformas estructurales( hoy tiradas a la basura) y al crecimiento anual sostenido de más del dos y medio por ciento del PIB ( criticado por miserable y que ya lo quisiera para presumir López y los suyos ) y que en este año 2025 no se promedia superior al uno por ciento, lo que hace cuasi imposible que la inversión extranjera directa alcance la ambiciosa expectativa, pues el sexenio de López deja una economía maltrecha y con grandes dificultades. Y con un raquítico y miserable crecimiento del PIB de apenas del punto cinco por ciento anual.
En tanto, la deuda pública creció desproporcionadamente y los programas sociales y las inyecciones a PEMEX y CFE acaparan el presupuesto, dejando los demás partidas presupuestales, prácticamente en huesos; eso sin contar que el estado de derecho está en su peor momento a causa de la mal llamada Reforma Judicial que pone en entre dicho la solvencia ética y autónoma de los órganos jurisdiccionales como nunca se ha visto, aunado todo esto a la violencia sistémica del narcotráfico y el crimen organizado, que tiene a mucha entidades del país y sus poblaciones sometidas al funesto crimen y con ellas a miles de pequeños y grandes empresarios de toda índole arrinconados por la extorsión y el robo con violencia entre otros delitos.
Hablar de un paradisíaco país es esconder la realidad. Es tapar el sol con un dedo.
Cierto que México necesita de inversiones así o más importantes tanto de extranjeros como de connacionales, pero también lo es que se debe dar certidumbre para que quien arriesgue su dinero, este no sea escamoteado por la delincuencia o por tribunales de consigna o a modo.
La seriedad de un país está ligada fundamentalmente a que tenga sólidas instituciones y confiables tribunales y hoy por hoy ni una ni otra.
Y por si lo anterior fuera poco, la red carretera e infraestructura nacional está en el abandono y los puertos marítimos requieren cuantiosas inversiones.
La atrofia, las ocurrencias y la mala leche del gobierno de López, tiene atrapado al país en un laberinto de contradicciones del que con buenas intenciones no se va salir, si el actual gobierno no se desprende de mitos y dogmas que lo atan a un modelo populista y populachero, que no cabe para, aspira ser la décima economía, pues de seguir por el mismo rumbo corremos el riesgo de perder el escalón actual como la doce economía mundial. Y por tanto en lugar de crear riqueza se ampliará la pobreza que tanto lacera nuestra nación.
En suma, el reto es extraordinariamente mayúsculo y más cuando nuestro vecino y socio comercial, espera un cambio radical con un gobierno xenófobo y proteccionista y con ínfulas de trasnochado imperialismo expansionista victoriano, que en sus sueños de opio y grandeza espera anexarse a Canadá, Groenlandia y al Canal de Panamá y quien sabe cuántos caprichos mas.
Como para no entender que el camino esta plagado de espinas y dificultades.
Que se entienda, nadie está en contra de aspirar a un país mucho mejor, pero también nadie puede pecar de ingenuo cuando vemos que los proyectos no pasan de buenas intenciones.
La riqueza de una nación sólo se incrementa con riqueza, que si bien la tenemos, también lo es que la despilfárramos en costosísimas aventuras de onírico nacionalismo patriotero, que sólo cumple la finalidad del fariseismo del ídolo de barro que nos tiene atrapados bajo su demagogo y falso discurso y su amenazante y vengativa popularidad.
De la cual la actual presidencia de la República y sus vasallos no buscan zanjar. Sino al contrario presumen su atavismo ideológico continuista.
Cuál si fuera virtud y no pecado.
Difícil superar la etapa de las buenas intenciones.
O si
Entre paréntesis; A que le tiras cuando sueñas mexicano. Es el título de una singular canción de Chava Flores que de forma mordaz crítica la idiosincrasia de nosotros los mexicanos, que apostamos todo al azar y al hay se va. Al ya mérito y al mañana lo hago.
Radiografía de lo que empezamos y nunca terminamos.
Y en esas andamos que al cabo soñar no cuesta nada.
Y por eso se anuncia convertir a nuestra nación en un emporio innovador y tecnológico, que diseñe y construya autos eléctricos de bajo costo y al alcance de todos los mexicanos. Así como drones y toda clase de tecnología para no depender del exterior.
Elaborar vacunas como si esto fuera una innovación y no un programa destruido en el gobierno anterior- el de López- que tiro a la basura todo lo logrado en este sentido cuando nuestro país formó parte de un club muy selecto de siete naciones que eran autosuficientes en la elaboración de vacunas y que por nefasto capricho de López hoy somos dependientes del exterior.
Pero eso si, con bombo y platillo se anunció la más famosa de la vacunas para combatir el COVID con el pomposo nombre de Patria y que hasta la fecha nadie conoce.
O lo respiradores artificiales que el Conacyth se comprometió a fabricar y que quedaron en la ilusión.
Así entonces son los sueños mexicanos.
Y ya vemos rodar por calles y carreteras el automóvil Olinia de cuya certeza lo único que sabemos, por ser lo más fácil, es el registro de la marca.
En fin, soñar no tiene límites.
Pero realizar los sueños si los tiene y requieren dinero y más dinero. Que por cierto no lo hay.
Pero si para los caprichos ideológicos como el Tren Maya, la línea aérea Mexicana, la Refinería Dos Bocas, gas del Bienestar, el petróleo y el gas de los mexicanos, y otras tantas aventuras, que es cómo hacerse rico en loterías con un millón, como dice Chava Flores en su canción A que le tiras mexicano.
No lo crees así estimado amigo.
PD. Y mientras tanto.
Trump anuncia que va crear un organismo para recolectar los aranceles que va cobrar a México y a Canadá.
Caray cuanto parecido a nuestro déspota y mesiánico López.
Que creo el opaco y turbio Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado.
Ya haciendo cuentas.
Más lo que se junte de aquí al lunes que empiece su reinado.
PD2 y como colofón de lo que viene.
Esta el Mayo Zambada y su comparecencia.
Que dirá?
Que no dirá?
Que cloaca destapara ?
Quien saldrá salpicado ?
En los próximos meses se despejarán las incógnitas.
Y los Chapitos. Otro capítulo del serial.
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político