Norma Meraz
Andrés Manuel López Obrador prometió en campaña y se compromete ahora, luego de su triunfo, a muchas cosas. Pero amén de dar la cara para enfrentar los problemas de inseguridad, corrupción e impunidad, eje de la problemática nacional, habrá de hacer cuentas para ver de dónde saldrán los recursos para invertir en sus buenos empeños.
Por otra parte, habrán de hacerse modificaciones y/o reformas al marco jurídico vigente.
El próximo presidente de México ha planteado, de entrada, once reformas jurídicas, tres de ellas constitucionales, y son las referentes a: fuero, educación y revocación de mandato.
Fuera “fuero”, para abonar en parte a la erradicación de la impunidad; en cuanto a la reforma educativa de este sexenio también va para afuera y así dar paso a un replanteamiento en esta materia: educación universal, garantizar que la educación sea gratuita a todos los niveles además de la creación de 100 universidades en el país, por vía de mientras.
En la reforma para la revocación de mandato del Ejecutivo federal a los tres años, en caso de no ser avalado por la ciudadanía a través de un referéndum.
Otra reforma que plantea es: ajustar leyes y reglamentos que permitan organizar el marco jurídico para la eliminación de la burocracia excesiva; la reagrupación de trabajadores al servicio del Estado, la eliminación de las delegaciones federales y dar lugar a coordinaciones estatales-federales, es decir, un coordinador para el desarrollo por cada Estado que dependerá de la Secretaría de Desarrollo Social.
La eliminación de un sinnúmero de delegados. Uno por cada dependencia en los 31 estados. Además de reducir la burocracia, también bajarán los gastos millonarios de cada delegado federal que, por si fuera poco, no han garantizado su funcionalidad, esto es: sangran el presupuesto, son nombrados a sugerencia de cada gobernador y sin que reporten a la fecha, beneficio a la Federación.
Así pues, los nuevos “coordinadores para el desarrollo”, como se llamarán, tendrán un seguimiento puntual del avance de metas impuestas y rendirán cuentas a una sola cabeza de sector.
La Secretaria de Educación, se reducirá en dos terceras partes, sin que ningún trabajador de planta sea despedido, pero si los aviadores que cobran sin trabajar .
Así en cada Secretaria de Estado, Organismos Públicos desconcentrados y descentralizados además de hacer una revisión exhaustiva de los programas sociales paternalistas del gobierno federal cuyos beneficios no llegan a sus necesitados destinatarios.
Una burocracia obesa no la tienen países más pequeños con mayor desarrollo que el nuestro y sin embargo reportan un mejor nivel de vida que México.
Austeridad con eficiencia y honestidad con transparencia podría ser la divisa del próximo gobierno.
Las expectativas creadas por Andrés Manuel López Obrador son muchas, diríamos que muy altas y de ese tamaño o más, es el reto para alcanzarlas.
El entonces candidato López Obrador empezó a trabajar desde diciembre pasado en un proyecto para transformar al país. Desde entonces fue integrando cuadros para desarrollar propuestas específicas en diferentes temas.
De manera inteligente fue soltando nombres que se acomodarían al organigrama del gobierno federal
Se le juzgó por haberse fijado en personas que en principio no se hacían familiares para el desempeño de ciertas tareas: Olga Sánchez Cordero, Alfonso Romo y Alfonso Durazo, entre otros.
Poco a poco, luego del triunfo de las elecciones, esos y otros nombres fueron llenando cuadritos en el apa de trabajo del futuro presidente.
Temas como la descentralización del gobierno federal es algo que despierta muchas dudas de que pueda llevarse a cabo por lo que significaría mover una inconmensurable masa de empleados y trabajadores con sus familias a otros lugares del país, añadiendo el costo de la mudanza, y la incapacidad para recibir a tanta gente que deba gozar de la infraestructura básica para su instalación: casa, salud, agua, transporte, escuela, mercados, etc., etc., etc.
Sin embargo, lo que se tiene previsto en este caso es mover sólo las oficinas ejecutivas de las diferentes carteras a los lugares donde puedan desempeñar más directamente sus funciones y de manera gradual. ¡Lo otro sería imposible!
Empeñado en hacer valer la equidad de género durante su mandato, López Obrador se aplicó en la conformación de del Congreso de la Unión.
En Cámara de Diputados 2018-2021 habrá 241 mujeres y 259 hombres . En la anterior Legislatura 2015-2018 son 213 mujeres y 287 hombres.
En Cámara de Senadores 2018-2024 serán 50.78% de hombres y 49.2% de mujeres. En la Cámara actual son 15.63% mujeres y 84.37% hombres.
Un punto a destacar es la intención de incorporar al Estado Mayor Presidencial a la secretaria de la Defensa Nacional. Esto llevará consigo una modificación jurídica. Pero ¿cómo y con quien se resguardará la seguridad del próximo Presidente?
Aquí me permito hacer una remembranza que creo viene a cuento.
“Erase una vez” que un subsecretario “B” de la Presidencia de la República, en 1973, decidió irse de pinta sin guardaespaldas. De inmediato se prendieron los focos de alerta e iniciaron su búsqueda. Esto llega a oídos del presidente, entonces el licenciado Luis Echeverria Alvarez quien de inmediato giró instrucciones de que lo encuentren y lo lleven a su presencia.
Alarmados cuantos se enteraron de la ausencia del subsecretario, imaginaron que el presidente quería asegurarse de que el funcionario apareciera bien y explicara su proceder . Momentos más tarde, el General Jesús Castañeda Gutiérrez, Jefe del Estado Mayor Presidencial, lleva al “ausente” ante el Ejecutivo.
Afortunadamente no se trataba de un secuestro o accidente, solo era una salida a la calle sin custodios.
El Presidente Echeverria, fijó su mirada penetrante a través de sus antiparras en los ojos del subsecretario y acusa de inmediato: “Usted ya no se llama.-. usted es parte de una Institución y como tal, hay que cuidarlo más allá de su nombre de pila”.
Y cuánta verdad encierra ese señalamiento y cobra actualidad.
Cuando Andrés Manuel López Obrador proteste “guardar y hacer guardar la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos” el día uno de diciembre de este 2018, en ese mismo momento, se convertirá en la máxima institución del país a la que deberá de brindarse el mayor grado de seguridad.
“El pueblo me cuida”, decía el candidato López Obrador durante su campaña. Sí, pero ya no es candidato y ¡siempre habrá alguien que no lo quiera cuidar !
Siendo así, por qué no…
¡Digamos la Verdad!