Desde Filomeno Mata 8
Por Mouris Salloum George*
Si uno dispone de tiempo y vuelve a ver las películas mexicanas La Ley de Herodes y La dictadura perfecta, podría concluir que el argumentista se pasó y que los personajes encarnados por Damián Alcázar son el más acabado producto de la fantasía; ganas, nomás, de desprestigiar al régimen.
Antes, se acusaba a los detractores de los burócratas del neoliberalismo de daltonismo; ahora se les diagnostica a los mexicanos alguna variedad de estrabismo y se dice que no sólo ven las cosas dobles, sino al revés: “Hay que sacar bien las cuentas”.
Hace algunas semanas, familias “de desaparecidos” en Culiacán, Sinaloa, después de que no encontraron autoridad que los escuchara, hicieron pública una carta dirigida a los más pesados del narco, en la que les pidieron su intercesión para tener noticias de sus parientes y, de ser posible, el retorno a sus hogares.
No sabemos el resultado final de ese desesperado lance. Lo que hace evidencia es que la desconfianza en los aparatos policiales y en los órganos de procuración y administración de justicia ha llegado a su límite.
En días pasados, algunas comunidades de la Sierra de Guerrero sufrieron el corte de agua y energía eléctrica. Acusaron a uno de los grupos criminales en pugna por el territorio de haber perpetrado ese atropello.
Igual que en Sinaloa, en Guerrero ya no se le cree al gobierno del estado. Recurrieron los lugareños a la autoridad del obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza para que abogara en su favor.
El ministro católico, según lo reveló en homilía del viernes pasado, se apersonó en la zona emproblemada. En efecto, sostuvo un diálogo con los responsables de aquellas abusivas acciones y logró que restablecieran los servicios básicos.
En suplencia de los onerosos órganos electorales
Podría quedarse ese episodio en una operación buen samaritano, sino fuera…
Si no fuera porque los interlocutores del obispo Rangel Mendoza le replicaron con un pliego petitorio, a saber:
- Que los partidos y candidatos no repartan dinero a la gente para la compra de votos electorales, 2) Que se respete el voto libre, razonado y directo, y 3) Que los candidatos, en caso de ganar, cumplan con los compromisos que hicieron en campaña.
No es mera alegoría decir que, sólo en Guerrero, al iniciarse las campañas para las elecciones locales, ha sido ejecutados 12 políticos; tres de ellos ya registrados como candidatos.
Ahora, pues, la representación eclesiástica tiene que ejercer como amable componedor en situaciones electorales conflictivas, en suplencia de los onerosos órganos responsable de la organización y la calificación de los procesos electorales en los que pocos confían.
Se antoja necesario encontrar a Damián Alcázar para darle continuidad a la emocionante saga de La Ley de Herodes. Y a eso se le llama transición democrática.
*Director General del Club de Periodistas de México, A.C.