Por Vicente Moreno Aparicio
• “Cacería de brujas”, las investigaciones del Rusiagate: Trump
• Millones de estadounidenses ansían su remoción
• Acabar con todo lo que huele a Obama
• Lo demandarán si termina con el DACA y TLC
Acorde a los “Días de Muertos”, el presidente Donald Trump califica de “Cacería de brujas” las investigaciones del caso Rusiagate que lleva a cabo el fiscal Robert Mueller, quien es reconocido por millones de estadounidenses que ansían la caída del mandatario norteamericano.
Donald Trump se siente acorralado y sabe muy bien que su popularidad ha bajado considerablemente y más ahora que está detenido y confeso en las instalaciones del FBI, su ex asesor de política exterior George Papadopulos, como también el ex director de su campaña electoral, Paul Manafort, y su socio de negocios Rick Gates, quienes están acusados de varios delitos.
Manafort, de 68 años, quien dirigió la campaña presidencial de Trump entre junio y agosto del año pasado, y su socio Gates fueron acusados de conspirar contra Estados Unidos, lavado de dinero e incumplimiento de registro como cabildero de un gobierno extranjero, entre otros cargos en los que destacan la de violar sus obligaciones de presentar reportes de bancos y cuentas financieras en el extranjero.
Ante ésto, La Casa Blanca se distanció de inmediato del encauzamiento contra Manafort y Gates y aseguró que no están relacionados con la campaña presidencial, pero declinó especular sobre la posibilidad de un perdón presidencial.
En el caso de Papadopoulos, un graduado de 2009 de DePaul University en Chicago, se declaró culpable de mentirle al FBI como parte de un trato.
De acuerdo con los documentos judiciales, Papadopoulos tuvo múltiples interacciones durante la campaña con un profesor extranjero que creía estar conectado con el gobierno ruso y quien le dijo que los rusos tenían “miles” de correos electrónicos de Hillary Clinton.
En los documentos se dice que él intentó organizar una reunión entre funcionarios del gobierno ruso y miembros de la campaña de Trump. Esto profundiza más la investigación en el caso Rusiagate. Los abogados de los inculpados trabajan arduamente para deslindar responsabilidades, pero sobretodo negociar que no se toquen otros temas que involucren a sus clientes.
La popularidad de Trump está muy baja y más ahora cuando tiene en su contra a millones de estadounidenses que demandan su remoción y son los ex presidentes, el republicano George Bush y el demócrata Barak Obama, quienes expresan el sentir de los inconformes al acusarlo de confrontar al pueblo estadounidense con sus acciones racistas y poner en peligro la democracia en el país.
Hacen ver que el supremacismo blanco es una blasfemia contra el credo estadounidense. “Nuestra identidad como nación, a diferencia de muchas otras no está determinada por la geografía o la etnia, por la tierra o la sangre”, sentenció Bush.
Ambos exmandatarios fustigan la política de división e intolerancia ejercida por Trump en Estados Unidos. Bush advierte que con su accionar da permiso para la cruedad y pone en peligro la educación moral de los niños. “Hemos visto nacionalismo deformado en nativismo, hemos olvidado el dinamismo de que la inmigración siempre ha traído a Estados Unidos”.
Sin pronunciar el TLC, mismo que Trump ha utilizado para amendrentar con cerrarlo y sacar jugo a las negociaciones, Bush tocó el tema económico al asegurar que Estados Unidos pierde la confianza en la economía de mercado y el comercio internacional olvidando que los conflictos, la inestabilidad y la pobreza son las consecuencias del protecionismo.
Y sobre el tema internacional que se vive en Estados Unidos ante el mundo, Bush advierte el retorno de ideas aislacionistas olvidando que la seguridad de Estados Unidos está amenazada por el caos y la desesperanza que golpean a lugares distantes, donde emergen el terrorismo y la epidemias, las bandas y el tráfico de drogas”.
Por otra parte, las críticas hacia Trump no terminan, pues empresarios estadounidenses acusan a Trump de mentir continuamente con un falso crecimiento en la economía, pues el haber hecho que regresaran a EU las armadoras que se ubicaban en México no han producido beneficio alguno y mucho menos grandiosas fuentes de trabajo, ya que en esas industrias se utiliza la automatización.
El senador republicano John McCain, quien ha tenido muchas diferencias con Trump, le lanzó una critica al decirle que el mandatario estadounidense prefiere buscar un chivo expiatorio que resolver los problemas.
En su momento, McCain hizo referencia al “nacionalismo espurio que afecta al mundo pero también a EU por lo que acusó a Trump -quien ha sido criticado por gobernar a través del Twitter- de antipatriota apegado a cualquier otro dogma pasado de moda, del pasado que los estadounidenses consignaron al montón de cenizas de la historia”
También es criticado por los inversionistas que promueven el comercio internacional en la Unión Americana al acusar a China, Alemania, Japón y México de promover el déficit comercial en Estados Unidos y hasta casi declararles la guerra, por lo que el primer país mencionado ya respondió en querer ser la primera potencia monetaria en el mundo.
Las estadísticas estadounidenses advierten que el déficit comercial que tiene EU con los países mencionados es más de 800 mil millones de dólares y tiene que nivelarse o definitivamente cerrar las inversiones. Con China se tiene un déficit de 386.000 millones, Alemania, 77.000 millones; Japón, 72.000 millones y México 61.000 millones.
Por lo pronto, Trump ha frenado la entrada a Estados Unidos a muchos productos mexicanos, como también de otros países, lo cual ha creado malestar entre los invesionistas, quienes han visto caer sus negocios y por ende el ingreso de impuestos a las arcas federales.
Ante ésto, los inversionistas han amenazado a Trump con demandarlo ante los tribunales, pues han tenido pérdidas considerables por no cumplir con los contratos estipulados con sus clientes de hacer las entregas de productos y artículos de procedencia extranjera.
Otra dos amenazas están pendientes provenientes de dos estados norteamericanos: Nueva York y Washington, los cuales estan dispuestos a demandar a Trump si elimina el programa Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), la cual beneficia a 800 mil jóvenes indocumentados.
Él ha querido que todo lo que huela a Obama sea echado abajo. Desaparecer el Obamacare -un seguro médico- y el DACA, sería el triunfo de Trump pero ha habido mucha resistencia para que esto no se logre y eso lo tiene muy enojado.
Pero el enojo y el coraje contra Trump esta latente entre los estadounidenses, quienes pudieron constatar que en las desgracias sufridas por los huracanes Harvey e Irma en Texas, Florida y otros estados de la Unión Americana no tuvieron respuesta inmediata por parte del gobierno federal, sobre todo Puerto Rico, estado asociado de EU, que sufrió la indiferencia de Donald Trump.
Los habitantes de Puerto Rico han tenido que abandonar la isla e irse a vivir a Estados Unidos, mientras que ese estado continúa deshecho, casas destruidas, aguas podridas, carreteras cortadas, socavones e infinidad de insectos que han provocado con sus piquetes serias enfermedades y lo peor es que se carece de los servicios necesarios como es luz, agua potable, alimentos y medicinas.
La ayuda no ha llegado como se ha esperado, pues hay lugares que no han podido comunicarse, por lo que helicópteros han sobrevolado las áreas afectadas y llevado lo poco que pueden cargar esas naves aéreas.
En fin, Donald Trump es considerado el peor presidente de Estados Unidos y por ahora los deportistas negros en respuesta al racismo que se ha intensificado, cada vez que se entona el himno nacional en lugar de escucharlo de pie prefieren hincarse, lo cual ha provocado malestar y enojo al mandatario estadounidense.