La historia de Alcibíades de Atenas y Calderón de México tiene similitudes, es la historia de una enorme ambición, la de hombres convencidos de haber sido elegidos para cumplir un destino manifiesto. Para ello estuvieron dispuestos a hacer cualquier cosa, incluyendo la traición como método; Alcibíades era un dos caras, igual que nuestro ex presidente, para su ascenso no le importó pisotear hasta los más cercanos a él, su padre biológico y su padre político Castillo Peraza lo calificaron como traidor y mezquino, imagínese, después de traicionar a las dos personas que te formaron cualquier traición es fácil, Josefina Vázquez Mota, Espino, Martínez Cázares, destruir el PAN, matar y tachar a todos de narcos ya es cosa de niños, él excusaba todo eso diciendo solo que era “el hijo desobediente”.
Pero continuemos, después de terminadas las guerras del Peloponeso, en las que la liga panhelénica (todos los estados griegos se unieron para luchar contra los persas) logró derrotar al poderoso ejército Persa, Alcibíades aconsejaba destruir a los espartanos y fue de los planificadores de la campaña en Sicilia, que resultó un desastre absoluto y llevó a Atenas al borde de su desaparición así como Calderón nos embarcó en una guerra contra el narco que desangró a México, y al igual que Alcibíades cuando vio la derrota cerca, decidió cambiarse de bando; Alcibíades decidió irse del lado de los Espartanos y Calderón del lado del narco, obvio el enemigo les dio cobijo convencido de que podrían extraer mucho provecho de quien conocía como nadie las virtudes y debilidades de Atenas y México. Así que utilizando sus conocimientos de ambos lados crearon batallas y campañas manipulando y engañando a todos aprovechando los conocimientos que tenían de las debilidades de cada lado.
Sin embargo, al ambicioso Alcibíades, también le surgieron poderosos enemigos en Esparta así que decidió desertar de nuevo, esta vez a Persia, donde fue nombrado consejero de uno de los sátrapas. Bueno, pues nuestro borolas no se quedó atrás y en chinga comenzó a trabajar con los Estados Unidos entregando todos nuestros secretos y ofreciendo nuestra soberanía, pero no conforme y superando a Alcibíades en traición, llamó a los españoles para entregarles nuestras riquezas energéticas a cambio de sociedades y protección y a los brasileños como Odebrecht para darles contratos petroleros; Alcibíades también terminó traicionando a los persas y similar situación sucedió con Calderón que traicionó a los norteamericanos, pues mientras estos le daban dinero y armas para su guerra contra el narco, Calderón y su mano derecha García Luna trabajaban protegiendo al narco y minando todas las campañas anti narco de los gringos.
Nuestro ejemplo griego consiguió volver a Atenas para sorpresa de muchos, ya está visto que siempre hay inocentes dispuestos a ser manipulados y para muestra Calderón, que después de todos sus desastres tiene al apoyo de algunos para volver a la arena política con un nuevo partido, claro que Alcibíades debió tener sus paleros como ahora Calderón tiene sus chayoteros que les van aplanando el camino. Lo único que no sabemos era si Alcibíades también como nuestro ejemplo mexicano tenía Alzheimer selectivo, pues se meten en todo, opinan y critican todo, dicen saber todo lo que sucede en países y administraciones ajenas a la suyas pero cuando los acusan de hechos que sucedieron en su círculo más cercano en chinga salen a decir que no sabían nada y que es una campaña en su contra, seguro el griego también lo hacía, es muy común de los cobardes.
Las habilidades militares y políticas de Alcibíades, al igual que las políticas de Calderón, resultaban muy valiosas para cualquiera que contara con su efímera lealtad, aunque también su capacidad para granjearse poderosos enemigos aseguró que nunca permaneciera en un mismo lugar durante mucho tiempo y, para cuando terminó la guerra, sus días de relevancia política eran un recuerdo.
Su última acción antes de ser asesinado en Frigia por algunos de sus múltiples enemigos fue avisar a Atenas de que su flota estaba mal alineada ante una batalla naval contra Esparta, el decisivo choque de Egospotamos, pero como en el cuento del lobo, ya nadie le hizo caso y Atenas terminó perdiendo esa batalla.
No sabemos cuál sea el final de Calderón pero si sabemos que al igual que Alcibíades ha sido ya desconocido por todos aquellos para quienes en un momento fue útil, los españoles se desmarcaron de él borrándolo de todas las mesas directivas de las empresas energéticas a las que benefició como Repsol e Iberdrola (aunque seguramente sus millones siguen bien resguardados) imagínese el dinero que le deben tener guardado si gracias a él Iberdrola se convirtió en la segunda generadora de energía eléctrica del país después de CFE (así es, el blanco favorito de nuestras quejas eléctricas siempre es CFE pero la verdad es que tal vez la compañía por la que usted recibe electricidad sea de otro país, pues hasta los franceses tienen metida mano aquí pero gracias a Calderón se ocultaron bajo la cara de CFE), los norteamericanos tienen a su mano derecha en la cárcel y en México, rompiendo todos los pronósticos, logró lo que todos pensaban imposible, lograr ser más odiado que Carlos Salinas de Gortari, de manera que el futuro no se ve muy promisorio para nuestro traidor mexicano.
Y bueno, quise darle un poco de sentido a tragedia griega a este trabajo pero la verdad es que Calderón es un vulgar traidor que gracias a la descomposición que ha tenido nuestro país, en la que cualquier personaje menor podía llegar a la presidencia, logró que su figura gris, acomplejada y deshonesta tuviera alguna relevancia. Nuestra clase política, toda, tiene años sufriendo de una tara, una degradación de seres en la que un gobernante era inferior al anterior y los presidentes de México desde Miguel Alemán hasta Peña Nieto son prueba de ello.
No debe faltar mucho para que sepamos si la suerte sigue del lado del ex presidente o si ni sus habilidades podrán salvarlo.
Y a los extraterrestres, primero investiguen, después opinan.