La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
La casaca y la silla le quedaron grandes, pero la historia le hará un traje a la medida
De nueva cuenta, el ex presidente Felipe Calderón se convierte en noticia respecto de su relación con Genaro García Luna, quien está detenido por su presunta complicidad con el crimen organizado.
García Luna fue el hombre fuerte del calderonato, el brazo ejecutor en la llamada ‘guerra contra el narco’, como titular de la Secretaría de Seguridad Pública, acumuló un poder insospechado.
Cuando el ex funcionario federal fue detenido en los Estados Unidos, Calderón buscó hacer un control de daños: no estaba enterado de las andanzas de su favorito afirmó.
Desde luego, la excusa es inverosímil y, justamente, en entrevista con Proceso, la ex embajadora de EU en México, Roberta Jacobson, desmintió al michoacano y dijo que el Departamento de Estado recopiló información que involucraba a García Luna con el narco, misma que fue remitida al gobierno de Felipe, o sea, si conocía los pasos de su colaborador.
Lo importante, es saber si además de tener evidencia de las corruptelas de Genaro, el propio ex mandatario participó en las triquiñuelas o, en su caso, si incurrió en delito por omisión.
En cualquier sentido, no se vislumbra un futuro halagüeño para Felipillo, por más que busque erigirse en opositor destacado de la 4T, su pasado lo espera…aunque lo niegue.