DE LINDES
En 2018, las calles francesas se llenaron de chalecos amarillos, y hoy vuelve a suceder lo mismo, porque en los últimos días, protestantes ataviados con chalecos amarillos, se dieron cita en distintas ciudades de la nación europea, protestando contra el alza de los precios y la crisis inflacionaria que se vive en Francia y que está provocando que los ciudadanos le exijan al presidente Macron, soluciones claras que puedan ayudar a sus bolsillos, porque hasta el día de hoy el presidente francés parece no dar respuestas concisas ante una crisis que parece empeorar cada día.
Y por esa razón hoy miles de personas que utilizan las distintivas prendas recorren las calles, mientras levantan la voz, pero ¿qué son los chalecos amarillos? En octubre de 2018, se creo un movimiento social para rechazar los altos costos de vida y el constante incremento de precios, y su principal característica es que los miembros o participantes se ataviaban con las coloridas prendas, que hoy nuevamente son parte de las protestas generalizadas ante la crisis económica que se vive. Y es que la situación económica en Francia, ha ido empeorando, primero por la pandemia, pero después por la guerra entre Ucrania y Rusia, y el efecto que ésta ha tenido en los precios del gas y en general de la energía en todo el mundo, pero principalmente en Europa, en donde los precios se han ido hasta el cielo y la escasez es una constante para países como Inglaterra, Francia y Alemania entre otros.
Y si a esta escasez y subida de precios le sumamos el hecho de que Macron sigue sin encontrar la fórmula para dar certeza y tranquilidad a un país que parece estar al borde de una crisis, no solamente económica, sino también social, lo que ha sido muy evidente cuando en las recientes elecciones para presidente, la ciudadanía se vio completamente enfrentada y dividida, no es de extrañar que cada día, cientos de personas nuevas se suman al movimiento social que comienza a cobrar fuerza y que lo mismo ha tomado las calles de Paris, que de Lyon y de otras importantes ciudades francesas.
Pero, los chalecos amarillos no solamente se manifiestan en contra del alza de precios, sino también contra el artículo 49 de la constitución francesa, que permite aprobar leyes sin una votación, y que para muchos es un símbolo de autoritarismo extremo, que requiere ser eliminado.
Y eso por eso que el conjunto de voces vestidas de amarillo buscan dejar un mensaje claro, que parece no ser escuchado por el presidente francés, porque hasta el momento nada ha cambiado, como si ni siquiera el mensaje hubiera sido escuchado, y es que quizás Macrón no comprenda, que hoy el mundo vive tiempos muy complicados, y todos los ciudadanos están comprendiendo que sus voces tienen eco, y que los movimientos sociales se están volviendo una parte activa de las sociedades, que en muchas ocasiones está determinando el rumbo de las naciones, por lo que hay que esperar a ver si el presidente francés se da cuenta que no es momento de ignorar sino de escuchar, solucionar y avanzar, porque como bien dijo en su momento Jean Jacques Rousseau; “para hacer escuchar lo que decimos, es necesario ponerse en el lugar de aquellos a quienes uno se dirige”.
JESSICA WOOLRICH