En los últimos años en las zonas urbanas, cada vez son más los particulares que recurren a la video vigilancia para resguardar sus inmuebles y sus bienes. Sin embargo, hasta ahora, no existe una regulación a la instalación de estos equipos y de forma flagrante se violan los derechos de otros particulares en vecindad, a los que sin consentimiento se les graba no sólo en sus actividades cotidianas, sino hasta el interior de sus casas.
Esta situación, en otros países está regulada de manera extensiva. No sólo lo que respecta a las cámaras de video vigilancia de las autoridades de tránsito y de seguridad, también las de uso particular.
Pero como siempre, en México, primero es el negocio y lo demás, es lo de menos.
En las ciudades de nuestro país, en donde la inseguridad y la delincuencia han llegado ya hasta el interior de varios inmuebles, sin que en muchos casos se logre castigar al infractor ha movido a miles de personas a tener vigiladas sus casas, sus negocios e incluso hasta a sus familiares con un sistema de vigilancia vía internet. De tal suerte que se esté en el lugar que se encuentre uno, puede dar seguimiento segundo a segundo de lo que pasa frente a las cámaras que instaló.
Sin embargo, es muy fácil pasar de la video vigilancia a la actividad de espionaje. Fisgoneo que puede convertirse en acecho y que es una real intromisión a la privacidad, como si el delincuente al que quieren pescar, sea el propio individuo con quien tienen vecindad y al que vigilan sin consentimiento alguno.
Sinceramente, yo no me siento segura con tantas cámaras que hoy en día vigilan todo el tiempo el momento en que dejo sólo mi domicilio y la hora en la que arribo a este. Más cuando no sé si alguien garantiza la confiabilidad de los humanos que operan esas cámaras.
De igual forma, me siento intimidada con tantas cámaras que franquean las casas vecinas y que se mueven al compás de mis propios movimientos. ¿Quiénes están tras esos movimientos?
Como en todo, antes que el negocio, se requiere certidumbre jurídica para las redes de vigilancia que hoy no sólo están en las calles, sino que incluso traspasan las ventanas de nuestras casas y hasta negocios.
Acta Divina… Tan irregular es la video vigilancia, que no hay autoridad alguna que señale certezas al respecto.
Para advertir… Vigilados y descuidados.