Por Arturo Sandoval
“Al andar se hace camino y al volver la vista atrás, se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar”. Antonio Machado y Juan Manuel Serrat.
Desde no poder meter orden en el Senado con los morenistas faltistas, quienes justifican los fracasos en pasadas elecciones donde Morena no sólo perdió la mitad de las alcaldías de la Ciudad de México, también pierde los lugares de mayor producción de riqueza económica del País: Nuevo León y Monterrey, Ciudad Neza, Toluca, Tlalnepantla, Ecatepec, Naucalpan, alcaldía Cuauhtémoc (sexto poder económico del país); donde a diario circulan miles de millones de dólares. Sin duda ellos– habitantes y trabajadores- no están contentos con los gobernantes impuestos por Morena ni quién los sucedería; y, por eso votaron, no a favor de su nuevo gobernante, sino en contra de Morena. Y mire nada más lo que tiene sólo la Cuauhtémoc: Tepito, Mixcalco, parte de la Merced, Peralvillo que forman el mercado callejero más grande de la República. Está alcaldía cuenta con zonas de enorme movimiento empresarial, turístico y comercial: Zona Rosa, corredor Reforma; colonias: la Condesa, la Roma, Cuauhtémoc, Escandón, Doctores, Obrera, Buenos Aires, el Centro. Vaya que se mueve dinero en esta alcaldía. Con la nueva alcaldesa, quienes votaron por ella no los harán salir del confesionario.
Especulativamente y, mucho, se puede pensar en un boicot o fuego infiltrado en Morena, o de plano que los candidatos perdedores impuestos por Mario Delgado fueron cadena de errores del dirigente partidista. La guerra sucia en Morena, empezó antes de nacer con pleitos por la dirigencia al dejarla AMLO. Siguen en la disputa de cargos, de candidaturas, de prebendas y canonjías. Menos de dos años quedan del poder de Andrés Manuel y sólo se ven a Sheinbaum y a Ebrard como sucesores en la presidencia de México. Ambos con proyectos muy distintos, demostrados ya en su forma de gobernar el DF, ahora Ciudad de México. Por mencionar dos rubros: Claudia apuesta en grande por el transporte público y Marcelo apostó por segundos pisos de cuota, concesionados en favor de empresarios. Sheinbaum invierte millones de pesos en regeneración, mejoras y embellecimiento de enormes parques públicos, algunos con zoológico y Ebrard favoreció a empresarios con la Plaza Mariana y con Bodegas Aurrera en zonas populares que acabaron con negocios familiares: misceláneas, panaderías, recauderías, etcétera. Claudia no impide el crecimiento exponencial de tiendas de conveniencia en zona populares, con el mismo nocivo efecto. Mientras, las apuestas crecen en favor del Secretario de Gobernación Adán Augusto López, quien es un enigma que nada de muertito.
Ellos tres son muy inteligentes para no seguir con la fuerza mediática de Las Mañaneras; las continuarán, desde luego. No así al pie de la letra el proyecto de la 4T ¿Qué tanto cada uno? Lo sabremos en el camino, algunos mostrarán detalles antes de ser candidatos, se verán más al serlo y si ganan veremos desde un gobernante más poderoso que AMLO hasta uno igual de poderoso, pero no menos. Si gana Marcelo Ebrard, por estrategia política podría impulsar a Ricardo Monreal a gobernar la Ciudad de México, pero su corazón podría definir con Martha Delgado o si se equivoca como con Mancera: Mario Delgado. Quién no cree en dios, tendrá que hacerlo para pedirle que no sea Mario.
Ninguno de los dos es populachero. Ebrard es elitista; Claudia no lo es, pero no la veremos en fondas ni a pie de carreteras disfrutando unas garnachas como a AMLO. Tampoco serán de “abrazos y no balazos”, menos Ebrard, por ser implacable. Cualquier de los dos que presida el País, probablemente sean buenos mandatarios. Se han preparado muchos años, décadas. Lejos los dos del carisma de AMLO. Ebrard ha perdido un poco de carisma y Claudia lo ha cultivado para hacerlo crecer, pero sólo en la capital. Ninguno conoce las entrañas de cada municipio del país como de memoria se lo sabe El Peje. Tampoco han sufrido persecución y hostigamiento como le pasó a AMLO cuando fue oposición. Uno más que la otra ha disfrutado de los privilegios del viejo y nuevo sistema.
Con Marcelo Ebrard volverán y mejorarán las relaciones político-empresariales, pero no les perdonará impuestos por ser un escudo y arma para su gobierno que López Obrador le trabajó, entre más cosas. Pues sí, los empresarios parte de la oposición, apoyarían a Marcelo Ebrard.
Pudiera ser con Ebrard, el renacimiento de presidenta del DIF por una, ahora sí, primera dama. En el caso del novio de Sheinbaum, podría ser como el del esposo de Margaret Thatcher, el cual se mantuvo sutilmente oculto para los medios y vida política.
Marcelo reciclará a viejos políticos del prian. Algunos ya trabajan con él, tanto dentro de la cancillería como en forma de asesores externos. En estos momentos Ebrard puede armar un equipo con pocos problemas. A Claudia le costaría mucho más trabajo. Tiene pocas personas en su equipo, con suficiente experiencia y poder. Así, recurriría a gente de AMLO para completarlo.
Ebrard cuenta con un capital político más grande que Sheinbaum, tanto en México como en el extranjero. Con un chasquido de sus dedos conseguiría recursos para lograr su objetivo. Por ello es menos difícil predecir su gobierno que saber cómo lo hará Claudia, quien no podrá recurrir al carisma de Andrés Manuel, quién probablemente quede muy desgastado física y políticamente. La estela de campo minado que heredarán de AMLO, cargado de problemas para resolver: anti movimientos feministas, derecho al aborto, libertad de género, pleitos con medios y periodistas, descontento de pueblos originarios despojados de sus tierras por el Tren maya y tren transoceánico, exceso de militarización, etcétera. Otros que este Presidente heredó y no acaban por resolverse, ni en este sexenio ni en dos más: corrupción, impunidad, asesinato de periodistas y activistas, narcotráfico, inseguridad, desaparecidos, contrabando de armas, concesiones mineras y de producción de energía, y… pobreza.
Con todo, el país que heredará la próxima presidenta o presidente de México, será mucho mejor que el heredado a AMLO, donde el pueblo fue siempre el que pagó como víctima favorita de sus gobernantes y hoy, sí se ha beneficiado con programas sociales reales, productivos, que van directo a mejorar sus condiciones de vida, como un derecho y no una limosna solicitada dolorosamente. Sin duda dejará hermosa parte de camino andado y otra parte, camino muy peligroso e incierto.
Interesante saber si triunfa Claudia Sheinbaum el tipo de gobierno que ejercerá. Desde luego lejos del prianismo, con distancia de lo que haría Ebrard; pero también muy diferente al de Andrés Manuel López Obrador. Ambos aspirantes, simpatizan y apoyan movimientos feministas, LGTB, derecho al aborto.
NOTA: bueno, eso creo, pero le verdad única es que quién sabe.