Aquí en el Congreso
Por José Antonio Chávez
En el 2018 el Presidente López Obrador se enfrentó, en el debate con su adversario, el panista, Ricardo Anaya.
El ahora Presidente recibió severas críticas del panista que lo exhibió de tener dos departamentos sin comprobar en su patrimonio.
También le dolió, al Presidente que Anaya lo haya exhibido que en estos 18 años de campaña no ha trabajado, de donde entonces saca dinero para vivir.
López Obrador le reviró, ya para terminar el debate con el mote de Anaya, “Canaya”, “Canayin” y se cuidaba la cartera. No vaya ser, decía.
Los dimes y diretes que exhibieron al Presidente, provocaron que se le abriera, a Anaya, un expediente de propiedades con sus familiares en Querétaro. Lo acusaban de enriquecimiento ilícito. También se metieron con sus hijos, menores, que estudiaban en el extranjero y donde acudía el panista cada quince días de visita.
La represión post elecciones, se registraron porque Anaya anunciaba que recorrería todo el país para prepararse, obviamente para las elecciones del 2024.
A raíz de ahí, en sus primeras tres o cuatro giras, salió de Palacio Nacional una instrucción como estrategia para frenarlo, salieron al aire las acusaciones en su contra.
Anaya tuvo que abandonar la estrategia de giras para recorrer el país y dormir en casa de los mexicanos, para refugiarse en el extranjero.
La fiscalía de Alejandro Gert Manero llamó a cuentas al panista pero se presentó vía su defensa y, bajo el argumento de la pandemia logró enfrentar por la vía de zoom las declaraciones ante los tribunales.
El Presidente buscó, por todos los ángulos llevar a la cárcel a Anaya, no lo consiguió, pues buscó, incluso frenarlo en las intermedias para evitar que fuera diputado federal.
Esa embestida de todo el Estado contra los panistas, que incluyó al entonces gobernador de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca y el líder nacional del PRI, Alejandro Moreno “Alito”, entre otros actores, obligó la construcción de la alianza del PRI, PAN y PRD y de paso se ofreció a Movimiento ciudadano.
Bueno, para el 2021, ya constituidos, se volcaron a defender a Anaya y Cabeza de Vaca como gobernador de Tamaulipas. Alito recibió una embestida Presidencial por no cederle los votos para sus tres reformas, Eléctrica, Guardia nacional y Electoral. Aguantó vara y salió de esa guerra sucia que involucró a su familia.
Posterior, los tres partidos se armaron para enfrentar las elecciones intermedias para la renovación de la Cámara de Diputados que hoy sigue bajo la presidencia de la priista Marcela Guerra.
En ese año, 2021 Alito, Marko Cortés y Jesús Zambrano lograron recuperar terreno al arrebatarle a Morena 50 diputaciones federales para dejarlos sin la mayoría calificada que gozaban desde la llegada de López Obrador al poder.
También le arrebataron 9 de las 16 alcaldías en la Ciudad de México y se emparejaron en el Congreso de la ciudad de México.
La embestida del Presidente comenzó a perder fuerza y hoy, los números de abultada ventaja que lo llevaron a la Presidencia, están en una carrera parejera entre las Presidenciables, Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez.
En ese sentido está el escenario del Congreso de la Unión, es decir hay tiro parejo en la renovación de los 500 diputados federales y los 128 que integran el Senado de la república que preside la morenista, Ana Lilia Rivera, una política, por cierto, sin temor alguno ganará la reelección.
A un poco más de un mes para que se celebren las elecciones, el Presidente López Obrador no pudo frenar la candidatura de Anaya que va que vuela al Senado. Ganó, eso si la de Cabeza de vaca que iba para San Lázaro, pero el Tribunal Electoral le dio para atrás por dos órdenes de aprensión.
Ricardo Anaya está con un pie en la Cámara Alta y ya no hay barreras que quieran interrumpir su llegada como Senador.
En Palacio Nacional, saben que perdieron con Canaya, Canayin y que ahora, sin duda la inminente llegada a un escaño del panista queretano, se convertirá en un dolor de cabeza contra el Presidente que solo lo podrá ver el mes de septiembre, ambos como legislador y Presidente, después AMLO no será nada.
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