- Los Bravo, Comidilla de AMLO
Los abusos, aun en el estado más sólido, son minas sordas que tarde o temprano estallan. Joseph Sanial-Dubay
Con el 53.19 de los votos, Andrés Manuel López Obrador ganó las presidenciables de 2018. A 10 semanas completas de las votaciones del 2J, el presidente ha bajado su aprobación a 54.2 por ciento, cuatro domingos consecutivos.
En dos domingos de febrero, LO pasó de 55.5 a 55.1, según la casa encuestadora de Roy Campos. En lo que va de marzo, bajó 54.8 a 54.2 por ciento. Esos numerales tienen dos únicas lecturas: ninguno de los candidatos de las nueve entidades que irán a votaciones suma a la popularidad del Dedo Omnisciente que los designó, como tampoco la preseleccionada cinco años ha, Claudia Sheinbaum. No es buena decisión colgarse ahora de la popularidad a la baja del inquilino de Palacio Nacional.
Las candidatas de MORENA que están hoy en riesgo de perder son la zacatecana que va por Veracruz Rocío Nahle y la chilanga Margarita González que va por Morelos, además de Claudia Delgadillo en Jalisco y Alma Alcaraz en Guanajuato. El reparto de las Candidaturas del Bienestar en lugar de sumar, restaron. Alejandro Armenta en Puebla y Joaquín Díaz en Yucatán, hoy no ganan, quién sabe el domingo 2 de junio.
El caso de Morelos es emblemático: una candidatura ideal para ceder el poder a las oposiciones la representa González Saravia, a quien no le han permitido hablar mal de ese pesado bulto que representa política y electoralmente Cuauhtémoc Blanco. En la casa de campaña de Calzada de los Estrada creen en los milagros de las pensiones y en la militancia, dispersa y dolorida con las abusivas decisiones del centro, una de las peores formas de reparto del poder, para sentarse en la silla que siempre estuvo vacía y que por Escudo de Armas tiene las siglas del Club América al doble.
En todos lados los interesados en el concurso electoral hablan de los debates. Les urge en Morelos el de Lucy Meza y Margarita González, pero, sobre todo, si Jessica Ortega cumple el acuerdo nacional de respaldo a la candidata oficial, contra la candidata opositora. Pero el de Xóchitl Gálvez-Claudia Sheinbaum acapara el foco de la atención nacional, por ser dos figuras desiguales hasta en la sonrisa. Como producto de mercado, Lucy y Xóchitl venden más que Margarita y Claudia —candidatas de continuismo y continuidad—, que lucen marchita una y claudicante otra.
Pero las Candidaturas del Bienestar no sólo son para la gubernatura en ocho estados y la capital del país, sino en senadurías, diputaciones federales y hasta en diputaciones estatales y presidencias municipales. Las designaciones del centro abonan a la lectura de que, ante candidaturas mejores de otros acrónicos, MORENA va a perder, porque quiere perder. En la entidad juarista-zapatista de ello se habla y apuesta. Sólo el círculo negro de Cuauhtémoc y el círculo rojo de Margarita creen lo contrario.
La del orgullo de Tlatilco lo es también desmesurada candidatura del bienestar, como la gubernatura misma, pensionado su beneficiario directo e indirectamente su familia, seis años con libre albedrío en el manejo de los caudales públicos, al parecer sin consecuencias políticas ni judiciales hasta este momento.
letraschiquitas
Si lo de David Faitelson es cáustico por burlón [«¿A quién querían como analista? ¿A Cuauhtémoc Blanco? No, tampoco se trata de atrofiar1 tan digna2 y honorable3 carrera política, además de diezmar4 a la 4T», respondió en ecs], lo de su amigo el presidente Andrés Manuel López Obrador, es sátira tepiteña [vídeo]: comió con mamá Bravo, quien le confió tener dos de seis hijos de más de 40 años de edad viviendo aún con ella, a quienes llama «mis bebés», lo cual le dio mucha risa al indiscreto LO, asegurado que no está muy de acuerdo con ello el futbolista promedio de la zona donde se juega el peor futbol del mundo, Norteamérica, Centroamérica y el Caribe.
Aquí, Cuauhtémoc: ↓
[1]. Tullir
[2]. Meritorio
[3]. Respetable
[4]. Dañar