El periodo ordinario de sesiones arranca este primero de febrero en el Congreso de la Unión, y cada cámara está trazando su agenda y pendientes. En el Senado, uno de ellos, y ya con bastante retraso, es la legalización del cannabis.
Este retraso no solo se debe a que no han cumplido con un mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que tras declarar la inconstitucionalidad de algunos artículos de la Ley General de Salud que prohibía el uso adulto del cannabis, llamó al Congreso a legislar en la materia, imponiéndoles un plazo que fue cambiado varias veces y que ha sido incumplido. Esta declaratoria de inconstitucionalidad también incluyó la petición para que se armonice el Código Penal Federal, así como para regular el mercado y la comercialización de cannabis.
¿Y qué ha pasado desde entonces? Pues no hay aprobación, la regulación, aunque aprobada por el Senado, tuvo cambios en San Lázaro y devuelta a la Cámara alta, en donde se decidió mejor construir una nueva propuesta y empezar el trámite legislativo desde cero.
De esta forma, la iniciativa se publicó el último día del pasado periodo ordinario de sesiones y se envió a comisiones, y se enfoca al uso adulto del cannabis. Para el uso de cannabis no psicoactivo (1% o menos de THC), se estará a lo dispuesto en la política nacional en materia agropecuaria y la legislación respectiva y podrán comercializarse, exportarse e importarse cumpliendo los requisitos establecidos en la regulación correspondiente. Sin embargo, de acuerdo a ciertas declaraciones, no se descarta que se emita una legislación adicional.
Lo que sí hay que destacar, es que esta nueva iniciativa cuenta con el consenso de todas las fuerzas parlamentarias, y muestra de ello es que está firmada por legisladores de Morena, PRI, PAN, PRD y MC, reflejando que es una prioridad para el Senado.
Del cáñamo, además del uso industrial para textiles, también se extrae el segundo compuesto químico más importante derivado del cannabis, es decir el CBD o cannabidiol. De éste ha surgido una industria entre la que hay desde gotas, productos alimenticios, cosméticos y muchos más, que se ha desarrollado fuera de la ley.
Cabe aclarar, que, en lo referente al cannabis no psicoactivo, al día de hoy lo único permitido, es el de uso médico y las alternativas que hay en el mercado, que sí cuenta con permisos y una regulación, pero, de ahí en fuera, no tiene un sustento jurídico.
Así es como han proliferado algunos negocios, conocidos como piramidales, que ofrecen productos de dudosa procedencia y mucho menos pasan por el ojo de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), ente encargado de emitir los permisos correspondientes para su venta.
De ahí, que es impostergable que se impulse la legislación que permita regular el uso del cannabis, en todos los sentidos, para poder ofrecer a quienes ven una oportunidad de negocio, un marco jurídico y a quienes la consumen, no solo para su uso recreativo, la seguridad de que es un producto que ha pasado por todos los estándares de calidad.
No debe haber más retrasos. Los legisladores deben estar a la altura de las circunstancias que exigen leyes y poder desarrollar un mercado con un valor aproximado de 250 millones de dólares anuales, según los expertos.
Así que no hay que darle mucho la vuelta, señoras y señores legisladores. Información, la tienen, porque han realizado un sinfín de foros. ¿Falta de voluntad? Pues demuestren que no es así y esta sea una de las reformas que se aprueben en este periodo ordinario de sesiones.