Yo Campesino / Puro rollo
- Cantaleta contra Zedillo, Calderón o Peña, no explican fracaso y abuso de la 4T
*Miguel A. Rocha Valencia*
La president(a) es muy dada a exigir pruebas cuando se señala de corrupto a un funcionario de su gobierno o integrante de la 4T por algún tema de corrupción, pero no es afecta a ofrecerlas cuando ella o desde su gobierno acusan a cualquier persona o institución, pública o privada cuando se le antoja, la critican o denuncian la podredumbre que ya es común en la actual administración.
Igual cuando personajes como Ernesto Zedillo “El Aquimichú” hacen comentarios contra el gobiernito cuatrotero y lo acusan de lo que todos ya sabemos, que hay muchos rateros, una gran impunidad y quieren tanto al poder que lo compran con dinero público para con el agradecimiento popular, establecer un sistema que para muchos suena dictatorial.
De inmediato a Zedillo le salen, sin esgrimir ningún argumento de debate, con el lugar común, lo del Fobaproa o Ipab; si fuera Calderón con lo de García Luna y a Peña, con la Estafa Maestra o la Casa Blanca, pero no se acepta que todos esos asuntos, ya fueron superados con creces por los gobiernos cuatroteístas ya sea con endeudamiento criminal, escándalos de corrupción e impunidad probados y excesos de muchos de sus miembros que se enriquecieron inexplicablemente hasta el insulto.
Pero además no se reconocen como gobiernos fracasados en todos sentidos y que más allá de lo material, dejan en el imaginario colectivo una deuda fatal con más de 800 mil muertos, entre ellos más de 200 mil asesinatos, 300 mil muertos por Covid innecesariamente y el resto por ausencia de atención médica o falta de fármacos y tratamientos.
Y si fuera necesario reconocer algo, le echarán la culpa a los de “antes”, al neoliberalismo, ahora a los aranceles, pero no a su ineficacia para gobernar y eficiencia para gastar el dinero en la compra de votos y con ello de poder para desde ahí pavimentar el camino a la dictadura perfecta que ya construyeron y cuyo ocaso sólo podría vislumbrarse por sus propios excesos.
Además, la vocería presidencial intenta acusar al expresidente que abrió la puerta al poder a la oposición, la ciudadanización de los organismos electorales y su independencia de autoritarismo; lo mismo podrán acusarlo de corrupción y “vendepatrias” por lo de los ferrocarriles y una ausencia del país que se alarga 25 años, pero que dejó un país con una dinámica de crecimiento que desperdiciaron o no aprovecharon a cabalidad “herederos neoliberales”.
O sea si Zedillo es responsable de algo, pues hay que poner en la balanza también lo positivo, cosa que sería bueno hacer con el duelo de La Chingada y entonces veríamos que, si aquél se endeudó con la mitad del ganso, propició crecimiento y que el profeta de la 4T nos precipitó al débito más grande de la historia y nos arrastró a la crisis económico-financiera sin alcanzar ni el “pírrico”, como él decía, dos por ciento de Calderón.
Claro, se entiende que más allá de la cortedad de argumentos y capacidades del actual gobiernito, carezcan de la estatura política para un diálogo nacional, con argumentos de porqué son las cosas y no la salida fácil del “los otros eran peores” robaron más o hicieron menos.
Se trata de lo actual, del futuro, lo que se fue no tiene remedio; quienes aspiraron y consiguieron el poder gracias a los logros o acciones de los “criminales y corruptos” neoliberales” son quienes con sus decisiones nos tienen como estamos; querían el poder para superar a aquéllos y por lo que se ve y vivimos pasó todo lo contrario.
Desde luego que se limpian la cara en cada declaración demagógica, mentirosa afirmando que todo lo hacen porque así lo pide el pueblo, una sociedad que no eligió un gobierno para destruir instituciones y hacer suyo el poder omnímodo secuestrando a la República y, bajo el pretexto de la democracia, falsificar la separación y autonomía de los poderes.
Pero no pasa nada, van continuar con la depredación de instituciones, sometiéndolas al poder que emana de Palenque y pasa por palacio Nacional, de eso se trata de un continuismo hacia la socialización de la jodidez, la cristalización de la pobreza en el mayor número de mexicanos para que no se olviden nunca de la dádiva que reciben a cambio de libertades y un mejor futuro. De eso se trata.
Lo que sorprende a críticos y a los propios cuatroteros es que el pueblo esté tan agradecido que no haya sido capaz de reaccionar y defenderse de este mal, que sin resistencia se apoderó de la conciencia social y colonizó instituciones. Se esperaba mayor resistencia, por eso el respaldo que en su momento pidieron a los miembros del Foro de Sao Paulo, apoyo que de plano no necesitaron, fuimos sometidos con tanta facilidad que sólo algún estudioso de la sociología podrá explicar a la distancia.