De memoria
Carlos Ferreyra
Mario Moreno, que pasó a la posteridad con el alias de Cantinflas, nació en 1911, veinte años después se conoció al personaje que le daría fama universal.
El hombre de chaleco en tiras, la sudadera de mangas largas, pantalón a la cadera atado con un mecate, sustituto del cinturón, se llamaba Chupamirto, que es el nombre popular del colibrí.
Una barba rala y descuidada, bajo un sombrero aplastado como quesadilla por el uso y el bigotillo en las comisuras, eran el complemento del personaje.
En su versión original, personificaba a un hombre del pueblo acostumbrado a los más elementales medios de vida, como cargador, por ejemplo.
En sus ratos, digamos sociales, debatía con sus conocidos lo mismo a media calle que en la entrada a cualquier pulquería.
Tenía gestos característicos que luego se convirtieron en emblemas de Cantinflas, los brazos cruzados al frente con una mano sosteniendo una colilla de cigarro.
El manoteo usual en las expresiones del pueblo, también fue adoptado por Mario Moreno en su interpretación original de Chupamirto.
La historieta nació del ingenio y el restirador de un señor de apellido Jiménez, al que como a Chupamirto, el señor Moreno nunca tuvo la decencia de darle crédito y, mucho menos, participación económica.
La buena estrella de Mario Moreno, bailarín carpero, brilló cuando por ausencia de un actor, Chupamirto ya estaba en las tablas, fue enviado a suplantar el personaje que tenía su público pero no era estelar.
Al intentar recordar el diálogo, el artista suplente se enredó, respondió a trompicones y balbuceos. La carpa se venía abajo de las carcajadas del público. Un éxito inesperado y rotundo.
El propietario del negocio vio el nacimiento indudable de un ídolo. Tiempo después alguien en el público lo llamó Cantinflas y así Chupamirto pasó al olvido.
Cantinflas, convertido en una Estrella, se casó con la hija del propietario de la carpa.
Y siguió otra historia hasta llegar al ridículo hecho de que en su biografía autorizada, se menciona como Estrella de la Vuelta al mundo y Pepe, dos cintas gringas y por allí escondido, Ahí está el detalle.
En la foto, a la izquierda, el Chupamirto original. El mundo es de los audaces y los piratas…