Señora Layda Sansores San Román, alcaldesa de Álvaro Obregón, CDMX
Con copia a la Dirección General de Obras Públicas y Desarrollo Urbano de la Alcaldía de Álvaro Obregón:
Soy Francisco Alberto Servín de Alba, legítimo propietario del inmueble ubicado en el callejón de la Rosa número 4, Colonia Campestre, con el código postal 01040 en la Ciudad de México y con la cuenta Predial número 05 40 36 200001
Fui presidente y director general de Grupo Unido de Promoción y Asesoría S.A de C.V empresa a cuyo nombre aparece el bien arriba citado.
La compañía no tiene actividad alguna desde hace más de 20 años. El último acto de esta fue una disminución del capital mediante reembolso a los accionistas. Al ser poseedor de más del 90% de las acciones me correspondió, en absoluto derecho, el bien raíz. El acta de la asamblea fue protocolizada por un notario público y puedo presentarlo a las autoridades cuando lo requieran; incluso, se registró un aviso ante el Registro Público de la Propiedad, de que se haría el cambio de propietario a mi nombre que, por falta de dinero no lo he podido lograr.
En el año 2007, escribí un libro sobre un fraude que se hizo en mi país, México y nadie se atrevió a publicarlo. Fue en Brasil en donde se abrieron las puertas y viajé con la ilusión como pasaporte. Nunca me imaginé que se me perseguiría para evitar que mi texto se diera a conocer.
En agosto del 2008 salí de la Ciudad de México rumbo a esa nación. Serían 15 días los que proyectaba pasar en los compromisos contraídos. Por esa razón, pedí a mis vecinos que ocasionalmente le dieran una mirada a mi casa.
La lucha por mis letras ha sido muy intensa y cumplo más de 12 años en Brasil, sin haber podido regresar a mi país.
Hace varios años entraron a mi casa según me enteré. Es probable que para buscar información de mi obra. En ese momento le pedí, por teléfono, a una persona de mi absoluta confianza que de vez en cuando fuese a la casa y observará que todo estuviese en orden. Así lo hizo hasta que un día no pudo entrar porque había sido cambiada la chapa de la puerta. Fue en agosto de 2017 cuando invadieron mi propiedad. La persona que me hacía el favor pidió ayuda a la policía, no se pudo hacer nada. Por lo cual tuvo miedo y no presentó denuncia por las posibles represalias. Por fortuna existen evidencias que se pueden mostrar a las autoridades.
Desde aquí me ha sido muy complicado hacer algo al respecto, pues los intereses que evitaron que mi libro se diera a conocer me tienen en el filo de la supervivencia, al grado de no permitir se me paguen trabajos realizados en este país.
En estos días me llegó una fotografía, la cual anexo, en donde se avisa que van a demoler mi casa. Tal vez, los que invadieron mi propiedad hayan violado una caja fuerte y encontrado mis acciones de la empresa comentada al principio (ignoran que actualmente no tienen ningún valor), lo dejó así establecido para evitar que se haga mal uso de ellas. También, me preocupa que haya pagado los adeudos del impuesto predial. No lo acepto y me gustaría saber quién lo hizo, porque es obvio, no es un acto de buena fe.
Señora Sansores, lo anteriormente expuesto, hace pensar que pueden estar engañando a las autoridades de esa Alcaldía o que algún funcionario estuviese colaborando con ellos, en un acto descarado de corrupción. Cualquiera de las dos posibilidades es para tener cuidado.
Tengo confianza en las autoridades de México y me acerco a ustedes para cuando menos quede constancia de este atropello.
Atentamente, desde Brasil, Francisco Alberto Servín de Alba el 21 de diciembre del año 2020.